Tengo claro, y cada vez más, que una de los mejores ejercicios que uno puede hacer es viajar. Por diferentes motivos: conocer lugares, culturas, maneras, saber quién eres y porque eres así, conocer personas diferentes y que te cuenten en primera persona… Otro ejercicio parecido es leer. Sus beneficios son bastante similares, uno es más teórico y el otro más práctico. Son igual de importantes para complementar al otro y es curioso como una cosa lleva a la otra y al revés. O por lo menos a mí. Cómo el libro te lleva a la vida, al viaje, a la aventura, y como el lugar, el sitio, la experiencia te lleva al libro, al conocimiento, para completar todo lo que no sabes. Por eso cada vez leo más y mejor y cada vez intento viajar más.
El libro es la guía y el conocimiento, es lo que te permite aprender, pero sobre todo entender. Lo que te da las claves para conocer cómo era o como es tal o cual cosa y saber que todo ha ocurrido ya. Los libros te lo cuentan. En la guerra, en el amor, en la amistad, en el trabajo… en todo. Es la memoria de los lugares y ayuda a acercarse al porque y al cómo somos y porque nos dirigíamos a uno u otro lugar. Sin ellos somos analfabetos y todo lo que ello conlleva. Te permiten relativizar y mirar con amplitud, además no pierden la memoria nunca. Son también una manera de multiplicar tu vida por cien, viviendo otras vidas y viajando a través de conocimiento, lugares o personajes.
Viajar es la aventura, lo nuevo: sentirse joven. Uno siempre es joven en vísperas de la batalla. ¿Cómo será? ¿Qué me espera? Como dice aquella frase; “No viajamos para escapar de la vida, viajamos para que la vida no se nos escape”. Te ayuda a darte cuenta de que lo que leíste está ahí, lo puedes ver y lo puedes tocar y también de que te queda mucho por leer y mucho más por ver. Viajar te pone en tu sitio y te hace mejor porque ves y entiendes otros lugares y la gente que los ocupa. Te llena tu mochila de vida para que continúes tu camino. Viajar te cura, te abre la mente, te permite imaginar, te mantiene despierto. Viajar de verdad, con consciencia, te hace más rico.
Estoy leyendo ahora “La caída de los gigantes” de Ken Follett. Es novela histórica. A diferencia de las anteriores noveles históricas que leído, este es un tomo ya importante. Un libro cuyo lomo ancho sujeta las más de mil páginas. Es la primera que leo con estructuras grandes y con tanto número de personajes e historias en diferentes lugares de Europa. La guía de los más de cincuenta personajes es muy útil en ciertos momentos. La historia lo requiere. Desde 1911 hasta 1924, La revolución Rusa y la Gran Guerra. La disposición de las potencias dentro y fuera de sus fronteras, los nacionalismos, la lucha de los trabajadores y de las mujeres… Es muy buena y por algo es un Best Seller, claro.
Uno de sus varios escenarios es Londres. No es que conozca mucho la ciudad, pero es muy agradable pasear por aquellos lugares en los que estas o has estado hace poco, pero 90 años atrás. Es como viajar en el tiempo, en un determinado escenario. El piso de soltero de Walter en Piccadilly, el palacio de Buckingam o el Palacio de Westminister “entrando” desde fuera a la cámara de los lores y a la cámara de los comunes y escuchando lo que dijo Churchill. Andar por Chelsea donde se produjo aquella boda furtiva el día que Gran Bretaña le declaro la guerra a Alemania o coger un tren en Liverpool Street, como pasa en la novela.
Colocar a los personajes en los diferentes lugares. Imaginarles ahí. Hace que la historia que lees o estudias, sea más real y te permite amueblar esos decorados y proyectarlos. Lo hace todo mucho más auténtico. Tiene su puntito estar en el escenario, pisarlo y hacerlo tuyo. Y darse cuenta de las cosas que han cambiado y de las que apenas ha cambiado nada. De que somos como somos, porque fuimos como fuimos.
Por eso y por muchas más cosas; leer y viajar, viajar y leer. Una ha de llevar a la otra.
Para terminar una cita y su correspondiente entrevista a Arturo Pérez-Reverte. “Sin libros estamos perdidos, somos borregos camino del matadero” (http://www.20minutos.es/noticia/2402422/0/arturo-perez-reverte-entrevista/hombres-buenos/novela-alfaguara/).
Sonia
6 febrero, 2016 at 18:53
Suscribo todo lo que has dicho. He sentido que alguien había escrito mis propios sentimientos. ¡Grata sorpresa!
Yo he acabado ahora la trilogía de Ken Follet y ¡me ha encantado! La unión de literatura e historia me apasiona y me engancha. ¡Disfruta la primera entrega!
Y en cuanto a viajar… Tras la lectura es mi segunda pasión. Empaparme de otras culturas, costumbres y gentes enriquece mi alma y mi saber. Compartir luego lo aprendido con mis alumnos de instituto no tiene precio.
Me ha alegrado conocer a alguien con mis mismas inquietudes.
Te deseo que leas y viajes mucho 😉
Joselin Delgado
18 marzo, 2019 at 16:24
Que buen post!
juanfisherman
18 marzo, 2019 at 16:27
Gracias por leerlo! Te invito a compartirlo!!