RSS

Archivos Mensuales: septiembre 2018

Nos volveremos a ver

Hace ya más de cuatro años que empecé a escucharlos y nunca pensé que después de este tiempo nacería en mi esta gana de escribir cosas tan bonitas como las que intento a continuación. Esto es, sin duda, una carta de amor. De amor a la música, concretamente a La Raíz y a toda la gente con la que he tenido el placer de compartir su música y sus conciertos. De una manera u otra son la banda sonora de mil momentos de mi vida y seguro que también de muchas otras personas. Brutal como nos puede acompañar una canción en un determinado momento de nuestra vida. Brutal como escuchando dos acordes nos puede devolver de golpe a ese momento y a esas sensaciones. La primera vez que compartieron conmigo una canción de la Raíz fue el principio de una historia de amor. La verdad que sí, que teníamos una canción pendiente porque no teníamos miedo a buscarnos. Todos nos enamoramos con alguna canción al menos una vez. Incluso si se nos da bien podemos despedirnos, diciéndonos que nos volveremos a ver, con ellas.  

Gracias. Por cada concierto que he podido vivir, ya fuera en el Viña, por Madrid, por Comunidad Valenciana o por Catalunya, en Valladolid, en Murcia… incluso en Londres. Ha sido un placer vivir conciertos de todo tipo: desde macro festivales a salas o pueblos pequeños. Cualquiera de ellos tenía su encanto, por brutal aforo o por más intimo. En cualquier caso, da igual, la magia la lleváis vosotros con vuestra música y con vuestro compañerismo. Por poder cantar a viva voz cada canción sintiéndola tanto. Algunas con los pelos de punta. Por esas letras, que en cada disco producido han ido subiendo la calidad y convirtiéndose cada vez en más comprometidas, señalando exactamente donde había que hacerlo. Unas letras que me han acompañado en el amor, en el desamor, en la amistad, en los viajes, en el curro, en la conciencia social, ayudándome a ampliarla y en mil cosas más. No sabría decir la cantidad de kilómetros que he hecho con mi coche escuchando vuestra música. 

Es increíble, y cada vez más, la cantidad de gente que vamos a los conciertos. Cómo ha crecido el número de gente que, no solo conoce La Raíz, sino que se hizo adicta en este tiempo… Gracias por hacer de aquella chispa un incendio increíble, como decís en los conciertos. Ha sido un incendio bellisimo. Estos últimos años fueron y son una locura que he podido vivir y ver. En Vallecas que no se cabía, en San Sebastián o Vicálvaro… Me pregunto cómo os debéis de sentir en un escenario donde miles de personas cantan tus letras con el fervor que lo hacemos nosotros desde abajo. Sinceramente no lo sé, pero sé que os lo merecéis. Os lo merecéis porque sois auténticos por no venderos a la industria, como a veces decís y es la verdad, que es el camino fácil para que te conozcan. A vosotros se os conoce por algo que es vuestro y nada tiene que ver con modas, ventas y marketing. Por decir exactamente lo que queréis decir y ademas con un ritmo buenísimo. Sois el ejemplo de que no hace falta publicidad masiva para que miles de personas bailen y canten vuestra música. Es por eso que tenéis un público tan fiel, porque las cosas auténticas, que son de verdad llegan más puras al centro de las personas y no se marchan con facilidad. Os llevamos dentro.

Gracias por hacer cada canción especial. Todas tienen algo. Algunas por estar casi hechas para uno y parecer que le hablan de su vida. Otras apuntan perfectamente la hipocresía que vivimos en diferentes capas y la denuncian. Gracias por llevarnos con vosotros al lado de los rebeldes. Por las noches en babilón donde bailan las conciencias y nos une un corazón. Porque nuestra nación es la literatura de esa locura del hidalgo de la Mancha. Como decís, la única patria digna es la que abarcan mis manos, un micro y con mis hermanos. Por soñar con mil dulcineas de cada región sabiendo que jamás quemaran nuestra pasión. Por cantar a África con los dientes del león y escuchar el grito latinoamericano, recordando que no tienen miedo a la muerte los pueblos de fe. Por denunciar a los buitres y jilgueros, que, de verdad, parece mentira, pero no dan solución al problema. Por celebrar que llueva en semana santa ¡No nos venderán esos castillos en el aire! Por poder ayudarme a cantar a alguien que esta noche me quedo a dormir, bien caliente y bien cerca, de todo corazón. También que si te encuentro gritaré que prefiero verte que ganar la guerra. Y que nunca se acabe esta noche, porque nos comeremos la vida en cualquier portal, porque hoy la luna se queda, borracha y callejera. Gracias por hacer el mejor tributo a las brigadas internacionales con un tema precioso que nos pone los pelos de punta: se canta sólo en los conciertos: es increíble vivido en directo. Por ser los hijos de los versos, de los poetas y los presos, y querer luchar cuerpo a cuerpo siendo peones. Por el tren huracán, la radio clandestina y vuestras canciones: que tienen vida. Es una sensación muy bonita bailar en la hoguera de los continentes. Infinitas gracias por cantar para levantar la marea a contra corriente y que suenen las voces. Por hacer vibrar a tanta gente en cada concierto. Sois muy grandes. Colaborar con Zoo, Los Chikos, La Pegatina, Auxili, Hechos Contra el Decoro, La Gossa Sorda o con Facu Díaz… os hace aún más grandes a todos, cabrones. Gracias.

Hay dos cosas que han sido y son increíbles siempre. Compartir o hacer que una parte de mi gente descubriera vuestra música, aún advirtiéndoles de que engancha. Luego venían llorando porque sois, en el mejor de los sentidos, como una droga que no podían dejar de escuchar. La otra es compartir vuestros conciertos con esas mismas personas. Es muy divertido bailar al ritmo de esa trompeta y el trombón que suenan genial. Bajo el ritmo de la batería, la guitarra o el bajo. Cuantos litros de cerveza, sudor y garganta desgastada en cada concierto. Y que bien gastado. Como mola cantar tan a viva voz. Qué manera tan brutal de empezar los conciertos con esos acordes entre poetas y presos: no somos mil manos, somos siempre muchísimas más.

Gracias por meter el dedo y por hacer reflexionar con letras comprometidas y finas. Es un gran regalo para todos, especialmente para la nueva generación joven que os empieza a escuchar con tanto impulso. Era difícil pensar que un grupo de música podía hacerme sentir tanto y tan bien por tantos motivos como para viajar a veros a un montón de sitios y cada vez con más ganas. Y comprobar que a tanta gente le pasa lo mismo y cada vez más. Me encanta ver en los conciertos gente de varias generaciones cantando vuestras canciones desde tan adentro, no se puede ser más transversal. Como una vez dijo Silvio Rodríguez, la música no hace la revolución, pero ayuda.

Este año 2018 La Raíz hace una parada merecida. Esperemos que no sea por demasiado tiempo. Saber que, al menos de momento, esto tiene un fin, me permite exprimir, saborear y vivir cada concierto muchísimo más aún. Por si no lo había dicho antes, gracias por todos estos momentos. Gracias por que sea tan fácil escribir algo tan bonito. Serán noches distintas, pero guardo una botella en la despensa, guardo sin tocar las ganas de volar. Porque lo que es seguro es que nos volveremos a ver cuándo salgamos del túnel e incendiaremos el mundo otra vez. De nuevo: ¡Gracias Raíz!

 
Deja un comentario

Publicado por en 12 septiembre, 2018 en Amor, Canciones, Música