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Archivos Mensuales: diciembre 2018

Hablando de libros I. Gemma Serradell.

Gemma Serradell es una joven escritora catalana que colabora en medios de comunicación y revista digitales. Ganadora del premio de poesía del certamen “Las letras tienen premio” de Viladecans. Con estudios de derecho y psicología, escribe y lo hace muy bien. Su primer libro es “Cartas al vacío”, profundo y muy conseguido, donde te permite trasladarte y moverte emocional y espiritualmente. En palabras de la autora sobre lo que podemos encontrar: “Nuestros pensamientos y sentimientos más profundos: la tristeza, la soledad, el amor, el desarraigo, el deseo, los infiernos, tormentas personales y el mal sabor que dejan los sueños no cumplidos… algunas reivindicaciones políticas y sociales y un escrito donde narro mi experiencia como voluntaria en Ciudad Oculta, una de las villas miseria más grandes de Buenos Aires”. Es un libro para tenerlo a mano y leerlo sin prisa, disfrutar y reflexionar.

– Primero gracias por querer colaborar y por tu tiempo. Hace poco más de un año que leí tu libro. Antes que nada, enhorabuena, creo que tiene una gran calidad y una profundidad muy interesante. ¿Cuál es el momento que decides empezar con estas cartas y porque eliges ese formato?

Gemma: Muchas gracias a ti por leer mi libro. No sabes cuánto me alegro de que te guste, pues fue un paso muy difícil el atreverme a publicar.
Escribo desde pequeña, escribir siempre ha sido una de mis maneras de liberarme, de canalizar sentimientos, de expresar aquello que sentía en mi interior, pero también de desaparecer por un momento de mi piel y meterme en otra.
Estas cartas tan solo son mis sentimientos o pensamientos a través de los años, muchas vivencias personales y algunas reflexiones existenciales. La mayoría de ellas van dirigidas a un destinatario inexistente, o que ya ha fallecido -como en el caso de mi abuelo-.
Elegí ese formato porque sé que no hay nadie al otro lado que ha de responderme, y me siento a gusto así, dirigiendo una carta a mi propio destinatario interior. Hay una frase de Ricardo Piglia que define muy bien lo que quiero decir:
Escribir una carta es enviar un mensaje al futuro; hablar desde el presente con un destinatario que no está ahí, del que no se sabe cómo ha de estar (en qué ánimo, con quién) mientras le escribimos y, sobre todo, después: al leernos. La correspondencia es la forma utópica de la conversación porque anula el presente y hace del futuro el único lugar posible del diálogo.”
Yo no espero más dialogo futuro en esas cartas que mi propio diálogo interior, mis propias respuestas a las preguntas que hoy se me plantean.

– Al leer el libro uno puede identificarse de manera muy íntima en ciertos escenarios vitales que describes. Esto es algo que como lector uno puede agradecer ya que permite mirarte en forma de espejo desde otro ángulo distinto. Dices que es tu libro más personal ¿Te inspiras en experiencias tuyas, en tus lecturas, en una mezcla, imaginación…?

Gemma: «Cartas al vacío» es una mezcla de todo lo que nombras: son mis pensamientos, vivencias y experiencias vitales. Pero también hay relatos inventados, aunque los sentimientos siempre sean reales. Suelo basarme en lo que yo sentí una vez para crear una historia en torno a ese sentimiento.

– Por otro lado, al leer, uno puede imaginar que hay una implicación emocional fuerte en el momento de escribir las cartas. ¿Hasta qué punto es un reto duro, si es que se puede llamar así, y hasta qué punto es placer al escribir?

Gemma: El dolor y el placer van más unidos de lo que pensamos. Científicamente, la línea que separa dolor y placer es muy pequeña. Ambas sensaciones activan el mismo circuito cerebral y liberan dopamina. Con esto no quiero decir que yo sea masoquista, pero quizá mi escritura sí lo sea. Escribo como catarsis, y por lo tanto dolor y placer, en mis escritos, van unidas de la mano. Escribir se convierte en placer cuando el dolor sale de mí para quedarse en el papel. Entonces me he liberado, ya nada duele…o no tanto.

– ¿Escribes todas seguidas o pertenecen a momentos diferentes en el tiempo y es ahí cuando las escribes y luego recopilas?

Gemma: En general, casi todas están separadas en el tiempo, hay algunas de hace años y otras más recientes. Épocas que escribo más y otras que no estoy tan inspirada y escribo menos. Luego hago un trabajo de recopilación; unas las desecho, otras las modifico y otras las dejo tal cual están. Intento no releerlas mucho porque casi nunca las veo terminadas o perfectas, esa inseguridad es lo que convierte mi escritura en un suplicio.
Cuando la editorial me dijo que iba a publicarlo, quité muchos relatos antiguos y me puse a escribir nuevos que me gustaran más. De marzo a agosto de ese año, escribí sin parar y seleccioné luego los que más me gustaron. Otros han quedado en el olvido o directamente han terminado en la papelera de reciclaje.

– ¿Es la poesía más fruto del trabajo o de la inspiración?

Gemma: Casi siempre de inspiración. Cuando me siento a escribir casi nunca me sale nada. Y luego me pilla en los momentos más insospechados. Soy muy sensible a las emociones que me transmiten cada persona, libro o lugar. Y creo que mis mejores relatos son fruto de la inspiración y no del trabajo.
A veces me surge una idea por la noche, y hasta que no lo escriba ten por seguro que no conseguiré dormir.

– ¿Cómo sientes que un poema o escrito está terminado y cómo lo corriges? ¿Lo dejas “reposar” un tiempo para volver a él y corregirlo?

Gemma: Como te comentaba antes, esa es la parte que más sufrimiento me da. Normalmente leo y releo el mismo poema o relato 50 veces antes de darlo por terminado, y cuando quiero darme cuenta es otro poema distinto.
Creo que eso es algo que nos pasa a todos los escritores. Leí hace poco una anécdota relacionada con Gabriel García Márquez que refleja muy bien este hecho: resulta que el escritor colombiano viajaba con un amigo en un tren, y García Márquez le regaló una edición reciente de Cien años de soledad. Tras entregarle el libro, García Márquez se lo pidió de nuevo para volver a echarle una ojeada, y cuando quisieron darse cuenta, el ejemplar lucía tantas correcciones que era imposible leer el texto impreso. Cuando su amigo lo vio, dijo que le había dado un libro completamente distinto.

– En tus redes sociales sueles compartir mucha poesía, tanto ajena como propia, de buena calidad ambas y tus seguidores lo agradecemos. Cuéntanos de dónde viene tu afición por la lectura y la poesía. ¿Qué tipo de lectora eres?

Gemma: Siempre he sido una lectora empedernida. La pasión por la lectura, igual que la escritura, me vienen desde pequeña. En mi familia, siempre he visto a mis padres y a mis abuelos con libros entre las manos. Mis padres tenían una biblioteca en casa, y yo he crecido entre libros. De pequeña, me dormía con los cuentos y las historias que me contaban ellos, y cuando aprendí a leer, los devoraba con fruición. Recuerdo las tardes con mi madre en la biblioteca, me hacía feliz ir allí, compartir esos momentos de paz con ella. Siempre le estaré agradecida por ello. Nos gustaba hablar de las historias de los libros como si fueran reales, porque para nosotras de verdad lo eran.
El género poético -ya sea en verso o en prosa- es el que más me gusta, porque hay mucha implicación personal y no es fácil volcarse en un papel a la vista de todos. Para mí tiene mucho mérito.

– “La vida no basta, por eso existe la literatura», ¿Estás de acuerdo? ¿Qué significa para ti la literatura y la poesía?

Gemma: Por supuesto. Un soñador necesita creer que hay algo más que esta realidad material y tangible. Un soñador no se conforma con la vida, necesita palpar otras realidades, otros mundos diferentes, otras maneras de pensar y de ver el mundo, diferente a lo común. El artista tiene otra mirada, por eso es capaz de crear, porque mira sintiendo.
La vida es fría y desgarradora, en el arte, en la poesía y en la literatura hay esperanza, hay algo que te empuja a lo espiritual, a lo intangible, a lo verdaderamente importante. La literatura y la poesía para mí son eso. El mundo intangible donde yo me siento en paz.

– Como escritora, lectora, pero también como psicóloga, ¿Cuál es el valor social y personal que tiene o debería cubrir, no sólo la poesía sino la literatura en general?

Gemma: Mucha gente cree que la lectura solo es un entretenimiento, pero la lectura ejerce una función social muy importante. En primer lugar, y la más esencial: la lectura estimula la empatía. Cuando somos capaces de ponernos en la piel de otro estamos trabajándola. Sufrimos por el otro, nos ponemos en su situación y reflexionamos acerca de aspectos que quizá en nuestra vida no haría falta planteárnoslo porque no lo estamos viviendo. Leer abre la mente, y el corazón.

– ¿Cuáles son las lecturas o escritores más recurrentes e influyentes?

Gemma: Son tantos que sería imposible enumerarlos a todos. Ángel González, Luis García Montero, Mario Benedetti y Joan Margarit son poetas a los que me gusta volver una y otra vez.  Luego están los innumerables libros que me han marcado: “Caballos desbocados” de Yukio Mishima, “La calle de la luna” y “Lo nuestro y lo triste” de Kiko Méndez Monasterio, “Madame Bovary” de Gustave Flaubert, “Las uvas de la ira” de John Steinbeck, “Los renglones torcidos de Dios” de Torcuato Luca de Tena, “La carretera” de Mc Carthy….

– ¿Podrías recomendarnos un poema de otro autor que te haya gustado mucho?

Gemma: “Carpe Diem”, de Walt Withman. Deberíamos leerlo cada mañana al despertar.

– Regresando a tu libro, ¿Cuál es tu carta favorita?

Gemma: Como relato, uno de los que más me gusta es “Papel mojado”. Luego está “carta al vacío”, que define muy bien la esencia del libro y que por eso lleva ese título. Y, por último, “si no es amor no duele”, donde queda expresada a la perfección mi forma de sentir la vida.

– Muchas gracias Gemma por contestar. Desde aquí invitamos a todos a seguirte en redes y leerte, especialmente tus “Cartas al vacío”. Dejamos en enlace de tu libro y el poema.

Gemma: Gracias a ti por la entrevista. Ha sido un placer poder compartir juntos este té.

Poema «Carpe Diem» de Withman.
Libro de Gemma en Amazon:

 
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Publicado por en 22 diciembre, 2018 en Entrevistas