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Archivos Mensuales: marzo 2018

Última llamada

Comenzó su marcha muy despacio, como si el conductor no tuviera prisa en marcharse de la estación. Él iba sentado en la dirección opuesta a la marcha del tren, pudiendo ver lo que iba dejando atrás. Miraba por la ventana y pocos metros después de arrancar, se dio cuenta de que ella aún estaba ahí fuera en el andén y no se había movido. En ese momento una suave sonrisa relajada empezó a dibujarse en la comisura derecha de su boca. Levantó la mano para despedirse y ella le devolvió el saludo. Tras unos segundos su figura se fue entrecortando entre las ventanas del tren y poco a poco ella fue desapareciendo en la lejanía.

Momentos después ya había cogido velocidad. Mientras seguía con su tranquila sonrisa en la cara, una sensación de relajación entremezclada con euforia se había apoderado de él. Sentía al respirar una energía que le cogía desde el estómago pasando por el pecho y le subía hasta la cabeza. Una sensación casi febril con la cual le parecía levitar. Pensó en ella… le sorprendió y agradó mucho que hubiera esperado unos pocos minutos para ver su partida. Estoica, elegantemente recta y guapísima. Por la posición de su cuerpo y la dulce expresión de su cara se veía a una mujer consciente de sí misma y de lo que le rodeaba.

Se preguntaba si la volvería a ver pronto, aunque en ese momento no era una pregunta, era un deseo. Que estúpido… pronto. La pregunta era si la volvería a ver, ni siquiera pronto o tarde. Si la volvería a ver y sentir como ese sucedáneo de fin de semana de menos de veinticuatro horas que habían compartido. Le costaba hacerse consciente de su estado mental a la vez que le invadía esa sensación cada vez que pensaba en ella. ¿Querría volver a verle? Por momentos estaba seguro de ello, pero realmente no sabía si eran pájaros únicamente de su cabeza.


No quería rehuir todo aquel laberinto de ideas, pensamientos y recuerdos que se agolpaban en su mente pero no era fácil colocarlo en ese momento. Es difícil a veces transformar los sentimientos en pensamientos. Es difícil a veces controlar los pensamientos que circulan locos por la cabeza, pensó, sobre todo si son tan atractivamente intensos. A menudo no era normal que eso le pasara a él, pero lo que había vivido durante unas horas le había descolocado demasiado, mejor dicho: colocado. Pensar esa palabra le hacía sonreír, incluso casi reír, mientras viajaba solo en aquel tren.

De repente se dio cuenta de que quería disfrutar de ese estado y decidió no hacerse más preguntas. Al menos no más preguntas que no tenían sentido en ese momento y que además no podía responder. Sacó el teléfono del bolsillo y se puso unos auriculares. Miro a través de la ventana; ya no estaba en aquella ciudad, aunque a ella aún podía sentirla muy cerca. Veía árboles y campo mientras el sol lentamente se disponía en el horizonte para iniciar el crepúsculo. El color naranja rojizo que lo bañaba hacía todavía más bonito aquel paisaje. Cogió el teléfono y busco una canción que tenía en la cabeza. Si, sonaba muy bien. Respiro hondo y tranquilo y regresó a aquella cama, a aquella piel y a aquellos ojos.

Aquella cama donde habían dormido algún rato esa noche. Donde sus cuerpos parecían conocerse y anhelar al otro. Sus manos recorrían su suave piel de manera automática como si tuvieran la ruta grabada… quién sabe dónde. Una piel clara que cubría su estilizada silueta. Lo hacía primero delicadamente y despacio para terminar haciéndolo fuerte y a modo de presa. Ahí donde sus alientos se aceleraban. Su boca estaba sedienta de sus labios, de su cuello y de todo su torso. Las pulsaciones subían. De repente le volvió el calor y aquella sensación y quiso regresar su pensamiento a la calma. A la calma de las miradas que hablan, de las sonrisas cómplices y las caricias lentas. A los besos tranquilos. A su gesto a veces cauto, callado con la mirada seria de mujer. De mujer lúcida en sus reflexiones interiores y silencios con algún rincón oscuro. Pero también a aquella sonrisa inocente y hermosa de una niña que él disfrutaba observando. Una sonrisa tan bonita, pensó, que parecía dar más luz que el sol de la mismísima ciudad de Sevilla.

 
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Publicado por en 25 marzo, 2018 en Amor, Narrativo, Viaje

 

Miedo y asco

He procurado igual que en todas las demás muertes que suceden a diario, sean de niños o no, no prestarle mayor tiempo que el necesario. Más que nada porque en ese caso no haríamos otra cosa. No tengo hijos, pero puedo entender el significado de ser padre o madre. De ver nacer una vida de tus entrañas, de cuidarla y mimarla. De alimentarla y protegerla mientras crece. Y se me hace terrible y ácido imaginar el trance de tener que verlo muerto unos años después.

No tuve información del asunto hasta que saltó la noticia de la muerte del niño y las redes sociales se saturaron, los telediarios lo mismo y los periódicos digitales llenaban sus portales aunque hicieras scroll, con el mismo tema. Se puede entender, obvio. Hay algo que me da especialmente miedo, y es la reacción virulenta de la gente en redes sociales. Como la gente pasea su odio, su bajeza y mil mierdas más sin descaro. A veces a modo de terapia y otras a modo de altavoz. Da cuenta del nivel moral de muchos usuarios que son, detrás de la tecla, o se supone, personas.

La parte del asco, viene como siempre de los oportunistas. De aquellos que no se cortan lo más mínimo en utilizar el momento de calentón del personal para sacar algún tipo de rédito. Esto da cuenta del nivel moral, de nuevo. Por desgracia para nosotros, la sangre, la miseria, la carne, la rapiña y el sensacionalismo han sido bien acogidas por el conjunto. Eso hace que lo más miserable salga a relucir desde los matinales de televisión hasta las intervenciones y votaciones en la cámara de ciertos políticos o personajes mediáticos. Incluso la madre del chico ha señalado a un periodista y su patético oportunismo de una manera educada y elegante además: “Se está presentando como amigo nuestro cuando no lo es. Tengo el derecho a decir que no me gusta». En cuanto a políticos, no hace falta nombrar a ninguno, se definen perfectamente cambiando de postura o discurso a medida que los acontecimientos se suceden.

Como dije arriba, no he seguido el caso desde el principio. Hay a veces, que por circunstancias que uno puede entender como un caso así llama particularmente la atención y por las redes sociales se expande como la pólvora. Se convierte así en la noticia durante unas semanas. Puedo entender esto perfectamente. Pero a veces urge recordar que en España desde 2012 han muerto más de 100 niños por homicidio. Si nos alejamos un poquito más, en Siria, en lo que va de 2018 han muerto más de 1.000 niños. Por desgracia para todos nosotros, en esta basura de mundo, que hacemos entre todos, se matan y violan criaturas cada día. Si por cada uno de los chicos muertos, ya no en Siria, sino en España, nos arrolla esta ola de odio y basura, la convivencia no es posible. No se puede entrar en un espiral de rencor en ningún caso. Y lo digo entendiendo que hay casos que por determinados elementos llegan más que otros y ocupan emocionalmente el colectivo.

No soy jurista ni pretendo sentar cátedra. Pero si hay algo claro: legislar en caliente es lo menos efectivo posible. Cualquier jurista lo sabe, ya que se hace desde la emocionalidad y no desde la racionalidad. Por un lado porque no se le puede aplicar una ley con efecto retroactivo; lo impide la constitución y el código civil. Por otro porque es irracional legislar desde la emocionalidad colectiva de un suceso como el de una muerte, desde la revancha y desde el odio. No se puede legislar desde la rabia y la mala sangre, debe hacerse siempre desde el estudio y la eficacia de las leyes a implementar. De la mano de profesionales y expertos en la materia, que conocen los problemas y llevan tiempo trabajando en ello. Por desgracia, nada va a restituir a los padres la muerte de un hijo.

Por último, hay algo que sí que creo que debemos reflexionar. Sobre nosotros mismos. No es buena idea dejarnos llevar por sentimientos de odio y cólera y así dar rienda suelta todo tipo de saña. Jamás esto apareja nada bueno. Tampoco lo hace la sangre y la carnaza. El hecho de que alguien este emocionalmente alterado, o colectivamente alterado, no nos legitima para pasear y exaltar odio y menos para defender una postura u otra e intentar justificarla en un momento así. Es obvio que todos estamos en contra de este tipo de cosas. No se entiende como alguien puede hacer daño a una criatura indefensa, pero dejarnos llevar por la visceralidad y la rabia no nos lleva a ninguna aventura buena, sino lo contrario. El hacernos cargo de nuestros sentimientos de ira es importante. De manera interna y externa, ya que nos puede llevar a lugares oscuros y a sembrar un ambiente inhabitable que no ayuda ni resuelve el problema. Creo que es de demasiada bajeza moral justificar la mierda que sale de una boca o de un teclado con tu ira personal.

Me quedo con la reflexión de la madre: «Que nadie hable más de Ana Julia. Que no aparezca en ningún sitio y que nadie retuitee cosas de rabia porque ese no era mi hijo y esa no soy. Que pague lo que tenga que pagar, pero que lo que quede de este caso sea la fe y las buenas acciones que han salido por todos lados y han sacado lo más bonito de la gente. No puede quedar todo en la cara de esta mujer y en palabras de rabia. No quiero que todo termine con la rabia que esta mujer ha sembrado.»

 
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Publicado por en 15 marzo, 2018 en Politica, Vivencias

 

Resistencia Cubana

Letra “Resistencia – Reincidentes”. Es imposible cada vez que pienso en ese caimán del mar Caribe, no sentir el calor y la dignidad de su gente y de su historia. Dignidad es resistencia a ese bloqueo injusto y amoral. Gracias siempre Cuba.

En el caribe cerca del gran cañón hay una isla que es todo corazón
y una canción pretende llamar la atención acerca de una olvidada
y muy patética situación.

Durante siglos se la machacó fue el basurero
y el burdel de to dios y dió una lección con valentía y tesón
del egoismo de la incultura y del fango escapó.
Resistencia…

Pero el que manda se empezó a mosquear
aquello era un grano en su bonito cristal
y fabricó torturas para asfixiar y una alambrada a su alrededor
hecha de odio mortal.

Entre el orgullo y la desolación mentiras cuzadas que infectan la opinión
en Cuba hay un pueblo que sí sabe estar
en un tiempo futuro la historia se lo agradecerá.
Resistencia…

Nada es perfecto, todo debe cambiar es muy duro el camino de la libertad
para llegar más cerca del ideal en busca de un mundo que lo disfruten
gente libre y en paz.

Nuestra abundancia es pal que puede pagar
sólo es posible a costa de los demás la muerte lenta y la sinrazón
de todo aquello que tiene verdadero valor.
Resistencia…

 
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Publicado por en 5 marzo, 2018 en Amor, Canciones