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Cultivando Utopías: El amor es la afirmación de la vida.

Fragmentos de la entrevista en Carne Cruda a José Mujica.

Javier Gallego – Hablando de cosas bonitas, ¿Que flores cultiva en su parcela del rincón del cerro?

Jose Mujica – Estoy cultivando tomates, morrones, boniatos, verduras… todo comestibles.

JG – ¿Y por qué lo hace? ¿Qué le gusta de la agricultura, del cultivo? 

JM – Conversar con la tierra. De ella venimos y a ella vamos. Todos los fenómenos biológicos que se dan encima de ella… y algunos bobos dicen “tengo tierras”, no se dan cuenta que las tierra nos tiene a nosotros, que no es lo mismo.

JG – ¿Y qué le dice la tierra?

JM – Que han pasado muchas especies y probablemente pase la vanidad humana también y el universo siga dando vueltas. Es muy probable que el diccionario del futuro en algún lugar diga “El sapiens, una especie que se auto eliminó prisionera del éxito y del crecimiento”.

JG – ¿Qué es lo que usted necesita para vivir?

JM – Bah, me sobra, ahorro, porque yo preciso muy poco porque concuerdo con Séneca cuando dice que pobres son los que precisan mucho. O los Aymaras que definen que es pobre el que no tiene comunidad. Y yo tengo muchos compañeros que constituyen mi comunidad. Más no preciso.

JG – En su despedida como senador en 2020 usted dijo que en su jardín no cultiva el odio. ¿Qué idas cultiva?

JM – Cultivo siempre la esperanza, porque si miras mirando para atrás es muy útil para aprender del pasado, pero lo más importante es el porvenir para las generaciones que vienen. Y a las generaciones que vienen no les podemos pasar las cuentas de nuestra generación. Que tengan el coraje de cometer sus propios errores, no los nuestros.

[…]

JM – Mi lucha más dura ha sido conmigo mismo. Vivir lo más cerca posible de lo que pienso. La vida es hermosa. Es hermosa con sus contrariedades, y yo pienso que estar vivo es un milagro. ¿Qué es vivir la vida? Es hacer lo que hacen los pájaros, que cantan cada mañana.

JG – ¿Le ha costado mucho vivir lo más cerca posible de lo cree?

JM – No, por el contrario, es el camino de la libertad. Porque es muy sencillo, si tu te dejas engrilletar por las imposiciones de la sociedad de consumo tus necesidades son infinitas y para cubrirlas tienes que gastar el tiempo de tu vida permanentemente y no te queda tiempo para las cosas que a ti te satisfacen. ¿Cuándo estás libre? Cuando ejecutas el tiempo en cosas que a ti te motivan, te gustan. Cuando tienes que llenarte de obligaciones, porque tienes que pagar cuentas porque multiplicaste los gastos estás sometido a la ley de la necesidad y no sos libre. Sencillo. La felicidad está en el tiempo para cultivar los afectos. Las cosas no generan afectos. Lo que generan afecto son los cosos.

JG – Ha dicho antes que su lucha más dura ha sido consigo mismo. Aunque sea fácil decirlo no es fácil llevarlo a cabo. 

JM – Lo que pasa que yo tuve la suerte desgraciada de estar mucho preso y aislado. Entonces empecé a dar valor, la noche que me ponían un colchón en el suelo. Qué no era lo corriente. Y le di importancia a las cosas cotidianas que no se le dan importancia. La cosa es mucho más sencilla y aprendí a cultivar amigos. A cultivar arañas, a cultivar unas ranitas en un lugar muy húmedo. Cosas por el estilo. Porque en el medio de la soledad, tener algo vivo es un mensaje telúrico. 

JG – ¿Eso fue lo que le mantuvo vivo y cuerdo?

JM – Si. Nunca fuí muy cuerdo del todo porque la vida es la relación de Quijote y Sancho. No existe el uno sin el otro. Aprendí mucho. En medio de la soledad aprendí mucho para no sentirme destruido. Siempre le quiero transmitir a las nuevas generaciones que triunfar en la vida no es llegar a ningún lado. Porque el único lugar a donde llegamos es el hoyo que nos va a llevar. Es andar. Triunfar es volverse a levantar cada vez que uno cae. El mensaje de vivir la hermosa y despiadada aventura de la vida. Así con mayúsculas. Es el único milagro que hay: haber nacido. Y cuando llegue la doña anunciando la muerte, le diré, tengo ganas de decirle por favor señora sirva otra vuelta, que esto es estupendo. Tengo defectos, como cualquiera, y soy dueño de mis defectos. Me gusta el buen vino, y del otro lado del hoyo, no tengo ninguna confirmación de que se pueda beber buen vino.

JG – ¿Cuál diría entonces que es el sentido de su vida?

JM – Tratar de que quede un escaloncito un poco mejor para los que van a venir luego de nosotros. Y el otro sentido; que haya brazos jóvenes que levanten viejas banderas cuando no estemos. Porque la lucha no es para un día: es eterno del devenir humano. Y tiene que haber gente comprometida con la justicia social, con el sueño de equidad, con el sueño de una humanidad un poco mejor. Algunos le dicen utopía. No me importa como le digan. El hombre es un animal utópico, esencialmente utópico. Cualquier trabajo de antropologia te muestra que en todas las edades intentaron creer en algo que no podían demostrar. Este es un animal que precisa utopía, y cuando no la tiene se puede hacer hincha del Barsa, del Real Madrid… aunque sea una sociedad anónima, pero precisa creer en algo.

JG – Mejor creer en buenas utopías y seguir caminando hacia ellas toda la vida como ha hecho Pepe Mujica. 

JM – La vida es una siembra y quienes estamos comprometidos, estamos comprometidos toda la vida. Con aciertos, con errores… con algún pequeño triunfo. En realidad somos parte de esa cosa fermental que tienen las sociedades persiguiendo ideas de solidaridad tras el sueño de que el hombre es un animal que puede mejorarse a sí mismo a pesar de todos los pesares. Si puede caminar a la luna o a Marte, ¿Cómo no va a poder caminar territorio adentro? Para intentar acentuar la empatía y la solidaridad en lugar del egoísmo y el odio. Es posible. […] Es mucho más difícil un cambio cultural que un cambio material porque al fin y al cabo nuestros abuelos como Robespierre era el Dios razón. Habría que quebrar el mundo escolástico, los prejuicios… y endiosamos a la razón. Y el hombre es razón pero es además muchas otras cosas. Tiene pasión, sentimientos, afán de posesión, también un poco de empatía. Es una cosa más compleja. La ciencia del marketing sabe más que la ciencia de la política. El problema es aprender y seguir cultivando esperanza. La sociedad hiperconsumista es funcional a la acumulación: necesita que gastemos una parte de nuestra vida confundiendo ser con tener. Tenemos que pelear por el sentido de felicidad y eso no es sencillo porque esa telaraña gigantesca que nos envuelve, te presiona por todas partes, por eso esto no tiene nada de sencillo. La gente cree que el poder esta con los ejércitos y con los tanques. El poder está en las reacciones subliminales que el hombre y la mujer practican sin darse cuenta, en el seno de su vida. Cambiar eso es una larga marcha; va a costar un poco. Creo que vamos perdiendo por un lado, porque lo que más nos debilita es que perdemos sentido primitivo de la vida: somos más cultos, tenemos más información, más tecnología, pero somos terriblemente débiles ante las circunstancias de la vida. Pero hay signos alentadores. Los trabajadores del futuro son los que están entrando a las universidades hoy. No todo está perdido, porque yo he visto un inconformismo en la base de todas las universidades, sean de Tokio, de Estambul, de Harvard, de Río de Janeiro, o la UNAM de México, donde vaya… Hay un inconformismo latente de la juventud más cultivada. Ello no quiere decir que no terminen hidropesicos y envejecidos de trabajar para una multinacional. Pero de allí va a salir fermento para la causa del progreso humano. A pesar de todo, sigo confiando en el sapien. Y sobre todo en las sapiens.

JG – Dicen que para que te guste el tango, uno tiene que haber sufrido algunas derrotas, ¿Cuáles son las suyas? O la que más recuerda…

JM – Inconmensurables… No le supe decir lo que tenía que decirle a un par de ojos verdes cuando era joven. 

JG – ¿Y la victoria?

JM – Sacarme los zapatos después de la presidencia.

JG – ¿Hizo todo lo que pudo?

JM – No… hice un poquito de lo que soñaba. Tener el gobierno no es tener el poder, ni cosa que se le parezca. Es tener un poquito, un permiso. Es transitorio. Los humanos tenemos mucha más capacidad de soñar que de poder concretar. Hay todavía mucha brecha social que no la pudimos atender como se merecía. Nos acordamos de los más sumergidos como las empleadas domésticas o los peones rurales. Siempre acordándonos de los más débiles y tuvimos algunos líos con los que les tenemos que meter la mano en el bolsillo para repartir.

JG – Dice usted que vio cosas que le horrorizaban en su vida política. ¿Cuáles?

JM – La miseria y el egoísmo humano. Fíjate tú que yo dije que iba a poner el 80% de lo que ganaba para hacerle viviendas a las mujeres abandonadas pobres, con hijos. Y esperaba que la alta burocracia pusiera algo. Todos me dieron un apoyo moral pero nadie fue capaz de poner un 1% voluntariamente y le quise poner un impuesto a las grandes concentraciones de tierra. Tuve lío hasta con la justicia. No tuve ninguna suerte.

JG – En cuanto al cambio climático, ¿Seguimos sin entender el desafío?

JM – Si, no cabe duda. Fíjate tú en cosas como la pandemia. No nos podemos sacar la pandemia de encima porque no comprendimos que había que tener por conveniencia un gesto solidario con la humanidad y vacunar a todos. Colectivizar las patentes y que se pudieran fabricar la mayor cantidad de vacunas rápido. Con ello le dimos tiempo al virus para que vaya mutando. Yo creo que a los laboratorios que fabrican vacunas les va muy bien porque han prolongado la vigencia del mercado. El señor presidente de EEUU, que es el país más fuerte, en un discurso dijo que estaba de acuerdo con colectivizar el conocimiento de las patentes. Lo dijo una vez y después se cayó la boca, no dijo más nada. Lo que quiere decir que en estas cosas el señor presidente de EEUU no manda un carajo.

JG – Es el jefe de la planta de supermercado, no más… ¿Y cómo nos enfrentamos a esas gigantescas fuerzas que nos gobiernan? ¿Qué hacemos?

JM – Lo que hacemos no sé. Lo que le quiero transmitir a la gente es que no se puede cambiar el mundo. Pero es como una avenida llena de autos. Tienes que aprender a cruzar la calle sin que los autos te pillen. Es decir, no puedes cambiar el mundo, pero puedes cambiar tu cabeza. Eso está dentro de lo posible. Trata de que no te atrape el consumismo y trabaja para vivir. Porque si no trabajas para vivir estás viviendo a costilla de otro que trabaja, pero no vivas para trabajar. Tienes que vivir para vivir. Como decían los viejos griegos; nada en demasía: tienes que ponerte límites. Porque si no te pones límites, el mercado te va a tener toda la vida pagando cuotas.

JG – ¿Cree usted que, como decían los viejos griegos, los cínicos en concreto, que es en los márgenes donde se puede encontrar esa felicidad? Fuera de este sistema…

JM – Es posible culturalmente que esa locura te arrastre. Eso es posible. Después el cambio es otra historia… veremos. Para eso trabajamos y ya tuvimos otra derrota muy grande. Pienso que los recursos materiales que tiene la época son fantásticos. La inteligencia artificial es un peligro, es un enemigo, pero bien usada puede quitarnos de encima una multitud de penurias. La tecnología puede ser maravillosa, pero el problema es que es como el cuchillo: depende del brazo que maneje la tecnología y los intereses que se muevan: si son para promover la empatía y la solidaridad humana y con un fuerte sentimiento de equidad, es maravilloso. Si son para carreras de la acumulación, para seguir multiplicando mil millonarios que se gastan una fortuna para ir  a mirar la tierra cuatro minutos desde arriba… estamos fritos.

JG – ¿Usted sigue creyendo en la revolución socialista como la que le inspiró en sus primeros años? Cuba era una de sus inspiraciones.

JM – No se si es posible las revoluciones o algo por el estilo. Lo que quiero señalar es que los sapiens vivimos prácticamente doscientos mil años, en sistemas que eran prácticamente socialistas. Porque no estaba separado lo mío y lo tuyo. Vivíamos en comunidades gregarias de cuarenta a cincuenta tipos. A tal punto que despues de la pena de muerte, lo más grabe era que te echaran de la comunidad. Así recorrió el sapiens toda la tierra. Hace treinta mil años empezó la revolución agrícola, y con ello empezó la historia de lo tuyo y lo mío, y no del nosotros. Este sentido que hemos creado no es un invento natural de la naturaleza. El invento natural de la naturaleza es el otro, el vivir en comunidad, el ser gregario. Andamos con una cosa perdida de nosotros mismos, por eso nos hacemos hinchas del Barsa o del Real porque precisamos una comunidad y de alguna forma la tenemos que inventar inconscientemente porque hay un hombre prehistórico dentro de nosotros. Yo creo en eso, por eso tengo esperanza en retomar. No retomar el atraso, sino, poner la tecnología al servicio de la felicidad humana y no de la acumulación. Si estoy equivocado… lo que vendrá… Porque mira; si siete mil millones de personas van a vivir como viven las sociedades opulentas aumentando todo los años el nivel de basura y de cosas que desechan precisamos tres planetas para sostener eso. Entonces eso que se está planteando es mentira, no es posible para toda la humanidad. Lo que significa que de seguir así va a haber una subhumanidad y va a haber un muro que la va a separar de la humanidad rica. Y eso es una fuente de conflictos inevitablemente. Lo que va a pasar… no tengo la piedra. Pero me gustaría estar en ese debate.

JG – ¿Pepe le queda algo por hacer?

JM – ¡Si! Siempre tengo proyectos. Estoy haciendo un almácigo de robles. En total unos tres mil árboles. Y sueño que los voy a plantar ¿Te das cuenta que no son pa mí? Siempre me creo una causa hacia adelante. 

JG – ¿Cómo le gustaría ser recordado?

JM – Me gustaría que me recordaran cuando levantan las banderas que simbolizan nuestra lucha. Mientras que haya brazos que levanten esas banderas, yo estaré presente. Porque es el sentido de la vida: la lucha. 

JG – Pues ya le digo que yo va a haber brazos, muchos, levantando esas banderas en el futuro. Dice usted que espera la carroza de la vieja inevitable con la mayor alegria que se puede, ¿No le tiene miedo?

JM – No… no. Tal vez es lo que hace más grato la vida. Y hasta ahora ha sido la única cosa realmente democrática que existe.

JG – Eso es cierto. Se muere igual un mendigo que un rey. ¿Dónde encuentra usted la alegría? Esa alegría donde uno espera a la vieja inevitable. 

JM – En las hojas de los árboles. En la madrugada cuando los pájaros cantan. Que después salen desesperados a pelar su pitanza, pero primero cantan. Todo el mundo de la vida, es un canto siempre de esperanza. Aunque sabe o no sabe, pero inevitablemente la muerte la va a derrotar. Pero para eso se inventó el amor, para empujarnos a reproducirnos. La compensación a la muerte es el amor, porque es la afirmación de la vida. Por eso cuando tenga que venir que venga. Jugaremos un rato a las cartas.

De otros mundos: José Mujica / Por más mierda que sea el capitalismo, es el  que ayuda a crecer
 
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Publicado por en 17 noviembre, 2021 en Amor, Entrevistas, Politica

 

Hablando de libros II. Andrés Montagut.

Andrés, aparte de amigo, es un escritor sevillano nacido en 1983 actualmente afincado en Barcelona. Es titulado en Ingeniería Técnica en Informática, además de haberse formado como guionista. Runner, viajero y cinéfilo, ha escrito varios cortometrajes y colaborado en proyectos audiovisuales. Tiene publicadas dos novelas, «El amigo español» y «Esencia de fatalidad», ambos en mi biblioteca por supuesto.

— Como hemos hablado hace no mucho, ahora has parado un poco con las publicaciones, supongo que por que tienes otros proyectos, pero sé que sigues escribiendo y tienes material por ahí. ¿Qué es lo que más te motiva a día de hoy para ponerte a escribir?

Andrés: Mi última publicación fue hace tres años. Desde entonces he estado desarrollando otros proyectos, otras ideas, pero ahora mismo no siento que sea el momento de airearlas. Todo llegará.
¿Qué me motiva? Pues supongo que lo mismo que motiva a un corredor a llegar hasta la meta. Es mi forma de verlo, de sentirlo.

— El primer libro sé que fue una auto publicación, en el segundo ya contaste con una editorial. Cuéntanos un poco todo el proceso en ambos casos.

Andrés: Con la primera novela todo muy rápido y rudimentario. Demasiado, me temo. Nunca tuve en mente mandarla a ningún sitio. La opción de autopublicarla surgió de repente, navegando por la web. Con todo, puedo decir que el resultado fue positivo.
Respecto a la segunda, ya disponía de un estilo más depurado y quise explorar otras vías. Hice lo que todos: enviar propuestas a distintas editoriales independientes y esperar. ¿Por qué editoriales independientes? Porque las otras son sencillamente inaccesibles para los que no tenemos contactos en el mundillo. Hay que ser honesto con uno mismo y desgastarse lo menos posible.

— Obviamente he leído tus libros. Se leen muy bien y ambas historias no te dejan tranquilo hasta que las terminas. Con un punto dramático que, yo diría, forma parte de tu estilo, al igual que el tema de la intriga. ¿Cómo consigues enganchar así al lector?

Andrés: Ah, ¿entonces lo engancho? Me alegro 🙂
No creo que exista una fórmula para hacer que una historia funcione. Yo trato de escribir aquello que me gustaría leer. Y a veces lo consigo. Imagino que el estilo puede variar con el tiempo, pero está claramente influenciado por todo cuando has consumido como lector. Porque, seamos sinceros, hay que leer mucho antes de sentarte a escribir. Y después también.

— ¿Cómo construyes tus personajes y cuanto les prestas de ti?

Andrés: Hasta ahora me he centrado en historias donde todo gira alrededor de su protagonista. Es en el desarrollo de este papel donde invierto más tiempo, más detalles. Me atraen los personajes corrientes en situaciones extraordinarias; es ahí donde son visibles todas las aristas que conforman al personaje. Respecto a la segunda parte de la pregunta, considero inevitable transferir ciertos rasgos personales y emocionales a tus personajes, pero hasta cierto punto. Y no se trata de una intención expresa, más bien una consecuencia inevitable.

— Cuando empiezas a escribir una historia, ¿Tienes claro el final y la estructura o eres flexible en eso durante la creación de la novela? Es decir, ¿tus personajes te llevan a terrenos que al principio no sospechabas o los tienes bien controlados?

Andrés: Nunca he tenido claro el final de una historia cuando me siento a escribirla. Tengo muy claro el punto de partida de mi protagonista y los cambios personales que le voy a infligir. A partir de ahí voy creando escenarios que nos ayuden a recorrer ese camino.

— Corregir y volver a corregir, ¿Es lo peor de escribir?

Andrés: No sé si lo peor… Desde luego no es lo más glamuroso ni apasionante del proceso. Del mismo modo, eso sí, es necesario. Creo que fue Hemingway el que dijo que «el primer borrador de todo siempre es una mierda». Creo que está claro este punto.

— ¿Qué es lo mejor de escribir?

Andrés: Esta es la pregunta más difícil que me has hecho. En serio. Y no tengo ni idea de cómo responderla. Quizá en el futuro.

— Esto te lo pregunte tomando cerveza un día… ¿Por qué escribes?

Andrés: Si te soy sincero nunca he tenido una razón o motivación especial para escribir. Un día decidí sentarme y esbozar algunas ideas. El resultado me gustó, entonces volví a sentarme al día siguiente. Es parte de la magia del proceso, ¿sabes? Supongo que no ser capaz de desvelar en qué consiste esa magia me mantiene enganchado.

— ¿Cuándo empezaste a escribir?

Andrés: Hace casi una década. Y ha pasado muy rápido.

— «La vida no basta, por eso existe la literatura», ¿Estás de acuerdo? ¿Qué significa para ti la literatura y la poesía?

Andrés: La humanidad siempre ha recurrido a la ficción. Los pobladores primitivos se reunían junto a una hoguera para contar y oír historias. La literatura es un canal riquísimo para ello. Cada cual la toma y la digiere como buenamente puede.

— De la informática a la literatura…este tipo de saltos me suenan. ¿A qué vienen?

Andrés: No son saltos en sí, porque mantengo ambas actividades. Una me alimenta por fuera; la otra, por dentro. Si es que se puede decir así.

— ¿Cuáles son tus lecturas o escritores más recurrentes?

Andrés: Intento leer variado. En mis estanterías hay best-sellers y obras más conceptuales. Eso no quita que tenga mis preferidos, aunque cada vez me gusta menos ese término referido a un autor. Digamos que hay autores capaces de contagiarme la pulsión de escribir y otros que no.

— Muchas gracias por tu amistad, tu tiempo y por compartir este té, Andrés.

Andrés: Gracias a ti.

Enlace de sus libros:

 
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Publicado por en 1 julio, 2019 en Entrevistas

 

Hablando de libros I. Gemma Serradell.

Gemma Serradell es una joven escritora catalana que colabora en medios de comunicación y revista digitales. Ganadora del premio de poesía del certamen “Las letras tienen premio” de Viladecans. Con estudios de derecho y psicología, escribe y lo hace muy bien. Su primer libro es “Cartas al vacío”, profundo y muy conseguido, donde te permite trasladarte y moverte emocional y espiritualmente. En palabras de la autora sobre lo que podemos encontrar: “Nuestros pensamientos y sentimientos más profundos: la tristeza, la soledad, el amor, el desarraigo, el deseo, los infiernos, tormentas personales y el mal sabor que dejan los sueños no cumplidos… algunas reivindicaciones políticas y sociales y un escrito donde narro mi experiencia como voluntaria en Ciudad Oculta, una de las villas miseria más grandes de Buenos Aires”. Es un libro para tenerlo a mano y leerlo sin prisa, disfrutar y reflexionar.

– Primero gracias por querer colaborar y por tu tiempo. Hace poco más de un año que leí tu libro. Antes que nada, enhorabuena, creo que tiene una gran calidad y una profundidad muy interesante. ¿Cuál es el momento que decides empezar con estas cartas y porque eliges ese formato?

Gemma: Muchas gracias a ti por leer mi libro. No sabes cuánto me alegro de que te guste, pues fue un paso muy difícil el atreverme a publicar.
Escribo desde pequeña, escribir siempre ha sido una de mis maneras de liberarme, de canalizar sentimientos, de expresar aquello que sentía en mi interior, pero también de desaparecer por un momento de mi piel y meterme en otra.
Estas cartas tan solo son mis sentimientos o pensamientos a través de los años, muchas vivencias personales y algunas reflexiones existenciales. La mayoría de ellas van dirigidas a un destinatario inexistente, o que ya ha fallecido -como en el caso de mi abuelo-.
Elegí ese formato porque sé que no hay nadie al otro lado que ha de responderme, y me siento a gusto así, dirigiendo una carta a mi propio destinatario interior. Hay una frase de Ricardo Piglia que define muy bien lo que quiero decir:
Escribir una carta es enviar un mensaje al futuro; hablar desde el presente con un destinatario que no está ahí, del que no se sabe cómo ha de estar (en qué ánimo, con quién) mientras le escribimos y, sobre todo, después: al leernos. La correspondencia es la forma utópica de la conversación porque anula el presente y hace del futuro el único lugar posible del diálogo.”
Yo no espero más dialogo futuro en esas cartas que mi propio diálogo interior, mis propias respuestas a las preguntas que hoy se me plantean.

– Al leer el libro uno puede identificarse de manera muy íntima en ciertos escenarios vitales que describes. Esto es algo que como lector uno puede agradecer ya que permite mirarte en forma de espejo desde otro ángulo distinto. Dices que es tu libro más personal ¿Te inspiras en experiencias tuyas, en tus lecturas, en una mezcla, imaginación…?

Gemma: «Cartas al vacío» es una mezcla de todo lo que nombras: son mis pensamientos, vivencias y experiencias vitales. Pero también hay relatos inventados, aunque los sentimientos siempre sean reales. Suelo basarme en lo que yo sentí una vez para crear una historia en torno a ese sentimiento.

– Por otro lado, al leer, uno puede imaginar que hay una implicación emocional fuerte en el momento de escribir las cartas. ¿Hasta qué punto es un reto duro, si es que se puede llamar así, y hasta qué punto es placer al escribir?

Gemma: El dolor y el placer van más unidos de lo que pensamos. Científicamente, la línea que separa dolor y placer es muy pequeña. Ambas sensaciones activan el mismo circuito cerebral y liberan dopamina. Con esto no quiero decir que yo sea masoquista, pero quizá mi escritura sí lo sea. Escribo como catarsis, y por lo tanto dolor y placer, en mis escritos, van unidas de la mano. Escribir se convierte en placer cuando el dolor sale de mí para quedarse en el papel. Entonces me he liberado, ya nada duele…o no tanto.

– ¿Escribes todas seguidas o pertenecen a momentos diferentes en el tiempo y es ahí cuando las escribes y luego recopilas?

Gemma: En general, casi todas están separadas en el tiempo, hay algunas de hace años y otras más recientes. Épocas que escribo más y otras que no estoy tan inspirada y escribo menos. Luego hago un trabajo de recopilación; unas las desecho, otras las modifico y otras las dejo tal cual están. Intento no releerlas mucho porque casi nunca las veo terminadas o perfectas, esa inseguridad es lo que convierte mi escritura en un suplicio.
Cuando la editorial me dijo que iba a publicarlo, quité muchos relatos antiguos y me puse a escribir nuevos que me gustaran más. De marzo a agosto de ese año, escribí sin parar y seleccioné luego los que más me gustaron. Otros han quedado en el olvido o directamente han terminado en la papelera de reciclaje.

– ¿Es la poesía más fruto del trabajo o de la inspiración?

Gemma: Casi siempre de inspiración. Cuando me siento a escribir casi nunca me sale nada. Y luego me pilla en los momentos más insospechados. Soy muy sensible a las emociones que me transmiten cada persona, libro o lugar. Y creo que mis mejores relatos son fruto de la inspiración y no del trabajo.
A veces me surge una idea por la noche, y hasta que no lo escriba ten por seguro que no conseguiré dormir.

– ¿Cómo sientes que un poema o escrito está terminado y cómo lo corriges? ¿Lo dejas “reposar” un tiempo para volver a él y corregirlo?

Gemma: Como te comentaba antes, esa es la parte que más sufrimiento me da. Normalmente leo y releo el mismo poema o relato 50 veces antes de darlo por terminado, y cuando quiero darme cuenta es otro poema distinto.
Creo que eso es algo que nos pasa a todos los escritores. Leí hace poco una anécdota relacionada con Gabriel García Márquez que refleja muy bien este hecho: resulta que el escritor colombiano viajaba con un amigo en un tren, y García Márquez le regaló una edición reciente de Cien años de soledad. Tras entregarle el libro, García Márquez se lo pidió de nuevo para volver a echarle una ojeada, y cuando quisieron darse cuenta, el ejemplar lucía tantas correcciones que era imposible leer el texto impreso. Cuando su amigo lo vio, dijo que le había dado un libro completamente distinto.

– En tus redes sociales sueles compartir mucha poesía, tanto ajena como propia, de buena calidad ambas y tus seguidores lo agradecemos. Cuéntanos de dónde viene tu afición por la lectura y la poesía. ¿Qué tipo de lectora eres?

Gemma: Siempre he sido una lectora empedernida. La pasión por la lectura, igual que la escritura, me vienen desde pequeña. En mi familia, siempre he visto a mis padres y a mis abuelos con libros entre las manos. Mis padres tenían una biblioteca en casa, y yo he crecido entre libros. De pequeña, me dormía con los cuentos y las historias que me contaban ellos, y cuando aprendí a leer, los devoraba con fruición. Recuerdo las tardes con mi madre en la biblioteca, me hacía feliz ir allí, compartir esos momentos de paz con ella. Siempre le estaré agradecida por ello. Nos gustaba hablar de las historias de los libros como si fueran reales, porque para nosotras de verdad lo eran.
El género poético -ya sea en verso o en prosa- es el que más me gusta, porque hay mucha implicación personal y no es fácil volcarse en un papel a la vista de todos. Para mí tiene mucho mérito.

– “La vida no basta, por eso existe la literatura», ¿Estás de acuerdo? ¿Qué significa para ti la literatura y la poesía?

Gemma: Por supuesto. Un soñador necesita creer que hay algo más que esta realidad material y tangible. Un soñador no se conforma con la vida, necesita palpar otras realidades, otros mundos diferentes, otras maneras de pensar y de ver el mundo, diferente a lo común. El artista tiene otra mirada, por eso es capaz de crear, porque mira sintiendo.
La vida es fría y desgarradora, en el arte, en la poesía y en la literatura hay esperanza, hay algo que te empuja a lo espiritual, a lo intangible, a lo verdaderamente importante. La literatura y la poesía para mí son eso. El mundo intangible donde yo me siento en paz.

– Como escritora, lectora, pero también como psicóloga, ¿Cuál es el valor social y personal que tiene o debería cubrir, no sólo la poesía sino la literatura en general?

Gemma: Mucha gente cree que la lectura solo es un entretenimiento, pero la lectura ejerce una función social muy importante. En primer lugar, y la más esencial: la lectura estimula la empatía. Cuando somos capaces de ponernos en la piel de otro estamos trabajándola. Sufrimos por el otro, nos ponemos en su situación y reflexionamos acerca de aspectos que quizá en nuestra vida no haría falta planteárnoslo porque no lo estamos viviendo. Leer abre la mente, y el corazón.

– ¿Cuáles son las lecturas o escritores más recurrentes e influyentes?

Gemma: Son tantos que sería imposible enumerarlos a todos. Ángel González, Luis García Montero, Mario Benedetti y Joan Margarit son poetas a los que me gusta volver una y otra vez.  Luego están los innumerables libros que me han marcado: “Caballos desbocados” de Yukio Mishima, “La calle de la luna” y “Lo nuestro y lo triste” de Kiko Méndez Monasterio, “Madame Bovary” de Gustave Flaubert, “Las uvas de la ira” de John Steinbeck, “Los renglones torcidos de Dios” de Torcuato Luca de Tena, “La carretera” de Mc Carthy….

– ¿Podrías recomendarnos un poema de otro autor que te haya gustado mucho?

Gemma: “Carpe Diem”, de Walt Withman. Deberíamos leerlo cada mañana al despertar.

– Regresando a tu libro, ¿Cuál es tu carta favorita?

Gemma: Como relato, uno de los que más me gusta es “Papel mojado”. Luego está “carta al vacío”, que define muy bien la esencia del libro y que por eso lleva ese título. Y, por último, “si no es amor no duele”, donde queda expresada a la perfección mi forma de sentir la vida.

– Muchas gracias Gemma por contestar. Desde aquí invitamos a todos a seguirte en redes y leerte, especialmente tus “Cartas al vacío”. Dejamos en enlace de tu libro y el poema.

Gemma: Gracias a ti por la entrevista. Ha sido un placer poder compartir juntos este té.

Poema «Carpe Diem» de Withman.
Libro de Gemma en Amazon:

 
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Publicado por en 22 diciembre, 2018 en Entrevistas

 

Reverteando III. Historia, españoles y jovenes.

Pequeño fragmento en la Real Academia Española de la conversación entre Iñaki Lopez y Perez-Reverte.

A. – La historia siempre se repite… a menudo como farsa, pero se repite. Por eso es tan importante leer historia, conocerla. La historia nos da un monton de claves interpretativas del presente. El problema fundamental que hay en los tiempos actuales es que leemos poca historia y creemos que todo es nuevo y olvidamos que lo nuevo, es justamente lo olvidado.

I. – ¿Leemos poca historia los españoles o es un mal común y extendido?

A. – Es un mal común, pero España tiene una tradición larga de volver la espalda a la historia. […] El Español tiene una cierta tendencia al suicidio nacional, político, social, histórico, quizá justamente por la falta de conocimiento de la historia. En España se nos ha quitado la historia de la formación y de la educación. Cuando no tienes las suficientes referencias historicas de tu propia memoria, es muy facil que cualquier tema se convierta en confrontación. Y es lo que ocurre. El español, al no tener memoria más que para el agravio, el agravio está continuamente planteado en sus relaciones y eso es muy peligroso.

I. – ¿Y colma su capacidad de asombro lo que está pasando en este país?

A. – Ya no me asombro. Cuando uno ha leído historia… Cuando uno ha leído la historia de la primera república, de la segunda… del año 34 al 36… Después de la guerra de la Independencia, de los visigodos… Uno se da cuenta que no estamos más que repitiendo tristes y viejos siglos. Lo paradójico que es un país estupendo. Un clima magnifico, una gente formidable, chicos guapos, chicas guapas, jamon, vino, aceite, sol. Además el español es muy generoso… y el español es un tipo muy bien. Es un tipo de barra de bar y de convivencia formidable: el español, la española. Todos nosotros. Pero existe un montón, digamos de factores que perturban eso y nos llevan a lugares muy oscuros y muy peligrosos.
[…]
Hay un problema fundamental desde mi punto de vista en España. Desde hace muchísimo tiempo, no se ofrece a los jóvenes un discurso motivador. Por razones complejas, históricas, políticas, sociales… se ha privado a los jóvenes de referencias, de objetivos, de metas, que los motiven realmente. De impulsos… que esa generosidad, ese impulso, esa juventud vigorosa tenga hacia dónde encaminarse. Entonces ese hueco ha sido llenado por otros. A diferencia del conjunto de España, en Cataluña si se les ha dado a los jóvenes, durante todos estos años un objetivo, una bandera, unas metas. Manipuladas o no, reales o no. Una memoria, ficticia o no. Pero se les ha dado unas motivaciones, que les han hecho creer, tener fe. Y un joven necesita fes en las que creer. El abandono que ha habido en España de la palabra fe, de la palabra formación, de la palabra memoria y de la palabra historia, da lugar a que haya ocurrido lo que ha ocurrido en cataluña. Por eso yo soy muy pesimista en ese sentido. Creo que esa guerra está perdida. Creo que ira a más, porque ellos tienen algo en que creer. No es un problema de que en cataluña sean malvados. Es que España ha hecho dejación: los gobiernos, la sociedad, la misma academia española. No hemos sabido crear para España un imaginario, una ilusión… y allí si se les ha creado. Y eso es admirable que se haya hecho. No estoy de acuerdo con el resultado, con las consecuencias, con la manera en como se ha hecho. Que un joven de 16 años se eche a la calle porque cree en algo…, eso es maravilloso. Y en el resto de España no ocurre. Habría que analizar porque en el resto de España no ocurre, o porque ocurre menos.
[…]

España es un estado fallido. Es complejo de explicar, voy a intentarlo. No hemos sido ni un gobierno descentralizado, autonómico o federal, ni un gobierno centralista ni un estado centralista ni organizado. No hemos sido ni una cosa ni otra. Nos ha faltado, como he dicho siempre, simbólicamente una guillotina, a veces no tan simbólicamente. Aquel siglo XVIII, la revolución francesa, que aplasto la bandera, para hacerlos libres, iguales y fraternos. En francia hubo esa purga, histórica, social y política importante que hizo posible una sociedad republicana que ahora tiene banderas francesas en los colegios. En España no. En España, los mismos, la Iglesia, los obispos, los privilegios feudales, medievales locales, se mantuvo y sobrevivió a los movimientos políticos y sigue estando ahí. Todavía estamos pagando el precio de no haber saneado nunca lo que llamamos España. Y eso tiene ya muy mala solución.

I. – En la novela (Eva), hay dos tripulaciones de los dos barcos. Una tripulación del bando franquista y otra republicana. Lógicamente se llevan muy mal a lo largo de la novela, pero hay un par de puntos concretos en los que tienen gestos mutuos de cariño incluso no solo confraternizan, sino que se unen para luchar contra un enemigo común.

A. – Te lo he dicho antes. Yo creo en los españoles, si no estaria viviendo en otro país. Yo puedo vivir en cualquier país. Yo publico en cuarenta países. Podría vivir en Francia, en Portugal o en Italia… o en Estados Unidos y vivo en España. Me gusta España, me gustan los españoles, me gusta como somos. Lo que pasa es que uno puede hablar con mucha dureza de lo que ama justamente porque lo ama. Y yo a veces hablo con mucha dureza de España justamente porque amo a España y a los españoles. Creo que somos una gente generosa, alegre, vital, acogedora y formidable. Lo que pasa que pagamos el precio terrible de siglos de incultura, de analfabetismo, de manipulación y de tener a todos esos, obispos, reyes, curas, políticos, los ministros corruptos… están ahí, nunca se fueron. Están ahí, son los mismos. Nunca hemos saneado, entonces claro, la palabra España suena sospechosa, la bandera suena sospechoso. Todo lo que tiene que ver con nuestra memoria, es sospechoso. Eso es lo triste. Se da la paradoja que yo detesto este país en lo estúpido y lo adoro en lo formidable. Pero estoy aquí, no me voy. Mi prueba de optimismo es que tengo 66 años y quiero envejecer y quiero morir en España.

 
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Publicado por en 13 diciembre, 2017 en Entrevistas, Politica

 

Los que eran invisibles desbancan

El debate a cuatro fue la certeza de lo que ya muchos sospechábamos y sabíamos. Es, obviamente, el comienzo de una nueva manera de hacer política que venía ya desde 2011 en la sociedad y por eso gana la democracia. Dijo Rivera que gana la democracia y los partidos nuevos, y tiene razón. Quedan muy evidenciados tanto el PP y el PSOE. En caso del PP, es lamentable, un candidato que se esconde y en el caso del PSOE era de esperar, desde hace mucho tiempo, por su traición; que se disuelvan y entreguen la ‘S’ y la ‘O’ de sus siglas.

Estamos ante una nueva etapa transitiva, como dicen los nuevos. Un cambio generacional. Los momentos de transición social o cambio no vienen por ciencia infusa. Primero cambia la sociedad y después emergen las asociaciones, agrupaciones y partidos. Es la sociedad la que empuja, como pasó también en la transición de finales de los 70 en España. Los españoles de la época estaban socialmente adelantados al modelo político. La presión social fue la que empujó y obligó también a las caras visibles a dejar lo anterior, hacer un gesto y mirar hacia adelante sin olvidar el pasado. Un pueblo que olvida su historia está condenado a repetirla.

Venimos del 15M en 2011, que a nadie se le olvide. Un despertar social, el cual muchos ni si quiera entendían el significado sociopolítico que tenía o tiene. El 15M llegó a plantar sus tiendas en Wall Street, no es poco. Es historia reciente de nuestro país, igual que lo fue la revolución de los claveles en Portugal. No venía de ninguna organización creada antes; venía de la sociedad. Ahí empezó todo y siguió con la PAH. Como dijo ayer Pablo Iglesias, la sociedad española ya ha cambiado, ahora hay que cambiar el congreso.

Fue un debate donde todos estaban muy encorsetados y sometidos a una fuerte presión, ¡y es lógico! Un fallo podría ser muy cáustico para cualquiera. Vimos un Sánchez en decadencia electoral, pese a la imagen joven, poco acostumbrado a parlamentar en debates y con la sonrisa enormemente forzada. Por momentos pensé que estaba grabando un spot de Colgate. A Rajoy le vi bien, cómodo, en su sillón en Doñana. Soraya estaba más incómoda. Para no estar acostumbrada no lo hizo mal, fue muy lineal en su discurso que se traía de casa. Pero sus mentiras en cuanto a generación de empleo, recortes y muchos temas más la pusieron en completa evidencia ante los verdaderos protagonistas en cuanto a manejo emocional, ideas y flexibilidad en la oratoria: Rivera e Iglesias.

Esto hizo también que no fuera un debate intelectual y de gran argumentario, y eso si me jode un poco. No fue un debate que deja un poso que se deslice a un debate intelectual, de ideas, de propuestas para que nosotros reflexionáramos e investigáramos sobre ello y eso es muy importante: eso es crear democracia de calidad y un pueblo se empodera. Hubo argumentario con ideas en ciertos temas como la educación y demasiado pasteleo por parte de Sánchez, que repitió un discurso hasta tres veces, como cuando te aprendes algo de memoria pero no sabes razonar. Es el único punto menos bueno que veo, la profundización, que eso enriquece a la gente. Siempre he creído que un debate inteligente y bueno es el que se aparcan las estrategias, tanto comunicativas como no verbales y se habla de hechos, ideas, propuestas, vías por correr, eso nos hace mejores a los votantes. El formato de ayer no lo permitía y aun así estuvo bien aunque faltaran representantes de otras fuerzas.

El papel más complicado era el de Sánchez. Y más que el de él, el de su partido, y merecen lo que les está pasando. Dejó hace tiempo de ser socialista y de los obreros, el 135… Además fue un ejemplo de poca dignidad en la derrota, ya que fue a celebrarlo a Ferraz…¿? Dijo que había sido ganador, tres cuartas partes de lo que pasó con el PP, o eso ha dicho Rajoy esta mañana. Por otro lado los líderes de Ciudadanos y Podemos, tienen el discurso real; gana la gente y gana lo nuevo, cada uno con un guiño a los suyos, claro. Sin debates pactados ni respuestas estudiadas. Como se nota la manera que tienen los viejos de agarrarse a una victoria como sea. Por eso no generan ilusión y pierden votantes. Ni el PP es popular, ni el PSOE es socialista. Estoy convencido que es el principio del fin del PP, pero sobre todo del PSOE.

Para terminar voy a parafrasear una parte del minuto de Iglesias por ese optimismo esperanzado, “es que sonrían al 15M, que sonrían a las plazas, que sonrían a los vecinos que paraban desahucios, que sonrían a los autónomos y pequeños empresarios, que sonrían a los que se levantan a las seis de la mañana para trabajar y a los que no tienen dónde ir a trabajar. Que sonrían a las madres con 15 horas de jornada, que sonrían a los abuelos que se parten la espalda para estirar su pensión. Sonrían. Sonrían que si se puede.”

Mayo 2011. Sol, Madrid.

15m

 
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Publicado por en 8 diciembre, 2015 en Abstracto, Entrevistas, Politica

 

Algunos hombres buenos

En esta entrada, los protagonistas son algunos hombres buenos, que se hicieron mejor a ellos mismos y a su entorno. Personas indispensables que la mayoría aun están ahí y son poco escuchadas a menudo. Gente que contribuye a un mundo mejor debe ser estudiada, leída y escuchada más a menudo. Hay muchos, en muchos lugares, pero muchas veces su voz queda sofocada. Os invito a que leáis, escuchéis entrevistas y compartáis a éstos hombres buenos, sus reflexiones y sus acciones. Hay muchos más y era difícil escoger y no hacer una entrada enorme con cada uno así que habrá segunda parte.

ARTURO PEREZ-REVERTE. Reportero de guerra durante 21 años. Lector de historia, escritor y miembro de la Real Academia Española de la lengua. Best Seller en todo el mundo. Gracias a lo que ha viajado, visto y vivido es, bajo mi punto de vista, una de las personas que mejor saben hacer un escáner social casi perfecto de cualquier lugar o cultura, pasada o presente. Con ésa manera casi perfecta para encontrar adjetivos y palabras en cada momento y lugar. Defensor del patriotismo cultural como herramienta para hacer mejor a sus ciudadanos y por tanto a su país. Es un hombre lucido e inteligente, consciente del mundo a menudo crudo que nos rodea, consciente de que la seguridad no existe, consciente de que el desastre siempre estuvo y está ahí. Muy crítico con la españa en la que vivimos, defendiendo la educación y la cultura, en el sentido amplio de la palabra, el conocimiento de la propia memoria, de la historia, los mecanismos sociales, la certeza de quienes somos que hacemos aquí y hacia dónde vamos. Dice Reverte, sin eso “es imposible que un pueblo sea libre y tenemos democracias con pueblos analfabetos que son de baja calidad”. Muy crítico con esta “sociedad estúpida y envilecida que ha olvidado la realidad de la vida, desmontando el sentido común”. Pero si debo elegir alguna frase revertiana, de tantas que hay en sus libros y entrevistas: “Siempre hay un justo en Sodoma” o “Es más peligroso un estúpido que un malvado, el estúpido hace más daño”.  Imprescindible, desde sus novelas, sus artículos y entrevistas para entender lo que pasa y quienes somos.

LUCIO URTUBIA. Un albañil, anarquista español de magnética personalidad. Vasco. Es considerado como un Robín Hood. Finalizando su vida está y aun “cree que este puto mundo se puede mejorar”. Nació en una familia pobre, sin recursos y su padre murió delante de sus ojos porque no tenían el dinero para la medicina. Eso, la pobreza, injusticia etc… le hizo, según dice, perder de manera fácil el respeto hacia un sistema que asfixiaba, de pobreza e injusto. Empezó “expropiando bancos” como él dice, y termino haciendo falsificación de los famosos “Travel Check” del First Nacional City Bank, el mayor banco del mundo. También estuvo a punto de inundar el mundo de dólares, pero El Che (Ministro de finanzas en aquel momento), se echó para atrás. Cuando puso en quiebra al mayor banco del mundo, le pillaron y aun así no le pudieron meter en la cárcel; tuvieron que negociar con él; dinero (entre 50 y 60 millones de francos por las planchas) y su libertad (el banco retiro la mayoría de los cargos). Al poner al mayor banco contra las cuerdas y este detenerle, Lucio demuestra que tiene razón en lo que dice: los bancos están por encima de la justicia ya que tenía que haber acabado en la cárcel durante muchos años por ser un gran falsificador, pero queda libre porque el banco quiere. Ellos son el estado. Según se sabe, trabajaba durante el día para vivir, y por la noche consumaba sus actos revolucionarios, repartiendo el dinero. Un periodista francés escribía en Le Figaro “Lucio no se ha llevado un solo franco a su bolsillo. Lo ha invertido todo en las causas que él consideraba justas”. Defiende el anarquismo, como canal de ideas, ya que, según dice: no hay soluciones perfectas ni finales. Para mi es uno de los hombres buenos con mas agallas, menos teórico que otros pero activo al máximo nivel. A día de hoy, es mayor, pero aun así sigue “haciendo” como dice él. Hay una película-documental sobre su historia, nominada a los goya y varias entrevistas enormemente interesantes.

JOSE LUIS SAMPEDRO. Es una de mis debilidades. Podría estar horas hablando de él, leyéndolo o escuchándolo. Ya muerto, a los 96 años, se dijo que fue en sus últimos años de vida la mente más joven de España. Catedrático, escritor, economista pero sobre todo humanista. Exiliado en Tánger hasta los 13 años. Su calidez y su calidad como persona, el entendimiento de la economía como herramienta al servicio de “la familia humana” hacia que tuviera un discurso muy cercano y coherente, siendo referencia y un placer leerle pero sobre todo verle hablar. He dicho bien, verle hablar. Replanteando al ser humano como lo que es y cómo debemos “hacernos” hasta morir lo que “se es” en ésta vida a la vez que mejores personas. Hablaba del derecho pero sobre todo del deber de vivir, del amor, de la amistad, de la dignidad, de la democracia, y de mil palabras y conceptos más que nos dio esa Europa sabía, que ahora brilla por su ausencia, que trajo al mundo los mejores valores y momentos en la historia del mundo. Gran defensor del 15M y referencia entre jóvenes: “Me habéis dado la alegría antes de morirme”, dijo Sampedro.

JORDI EVOLE. Se dice que tenemos por cada palabra una imagen que se ilustra en el cerebro. Para mí cuando la palabra periodista entre en mi cabeza, la imagen es sin duda la de Jordi Evole. Empezó como “El Follonero” en el programa de Buenafuente, con gags graciosos hasta que se lanzó con el primer “Salvados por la campaña” en 2008, en tono humorístico con un pelín componente periodístico. Poco a poco, el tono de humor pasa a un segundo plano, y el programa va experimentando un tono periodístico muy puro. Entra en todo tipo de temas actuales y de importancia, hablando con profesionales de cada materia, con autores y protagonistas directos. Lleva una manera de mantenerse emocionalmente al margen pero siempre curioso por el entrevistador y su historia, haciendo las preguntas precisas en el momento y manteniendo los silencios magistralmente. Cualquier Salvados es increíblemente bueno, útil e instructivo para entender el funcionamiento de la banca, la política, la construcción, de quien somos y mil etc. más… Premiado en los Onda en varias ocasiones y demás premios… Muchos de los “Hombres Buenos” de este artículo han sido entrevistados por él.

JOSÉ MUJICA. Como J. Anguita, fue y es un ejemplo en vida. Activista comprometido, estuvo en la cárcel por ello. Es un político de Uruguay, donde fue presidente. Defensor de que los políticos deben vivir como la mayoría de sus conciudadanos, lo llevo a cabo y logro transformaciones importantes en su País Una de sus frases más características es: “Las repúblicas vinieron al mundo para suscribir que nadie es más que nadie”. Personaje muy sabio y comprometido con el mundo y su país, defensor también de la vida de una manera sobria. “La cosa más grande que tienes, es que estas vivo. Es un milagro que estés vivo. Hay gente, como Rockefeller, 98 años y sigue acumulando plata… ¿Qué sentido tiene? La felicidad no es una cuestión material, literalmente no es así. ” Éste presidente, dona el 90 % de lo que gana a causas solidarias. Sabe que Europa tiene la pasión de haber sido, y ya no ser. Defensor de un gobierno mundial, para enfrentar esos nuevos problemas, debido al cambio de paradigma indudable del mundo actual. Diferencia especuladores de inversores, algo que se hace poco y creo que es basico. Para mí un una de las mentes más lúcidas, es un placer escucharle en cualquier intervención.

RAFAEL CORREA. Es un político y economista, actual Presidente de la República del Ecuador. Nació en un hogar de clase media en el centro de Guayaquil. Su mandato comenzó tras haber ganado por primera vez las elecciones presidenciales de 2006. La aprobación de una nueva constitución para la construcción de una sociedad soberana, justa y democrática. La priorización de la inversión social con un cambio de un Estado adorador del mercado a un Estado garantista de los derechos humanos y de la naturaleza, el cual tiene sorprendido al mundo con sus logros en infraestructura y educación. Trabajo por un país más libre, restructuro una deuda que según se dijo era ilegal al auditarla. Ha reducido considerablemente la tasa de paro. Conocido aquí en España por sus entrevistas con Ana Pastor, es gran defensor de los pueblos y sus gentes y de la ilegitimidad de las deudas y del sistema financiero especulativo y sus poderes, siendo ejemplo práctico de que se puede conducir un país por otro lugar más próspero para todos.

EDUARDO GALEANO. Otra mente de oro. Nos dejó hace poco, éste periodista y escritor uruguayo, ganador del premio Stig Dagerman, considerado como uno de los más destacados autores de la literatura latinoamericana. Nació en Montevideo en el seno de una familia de clase alta y católica. Lo que para mí más destaca, diría, esa parte de pensador reflexivo o filosófico, dejando grandes frases y conceptos. Defensor del 15M, donde dijo mucho y muy bueno sobre este movimiento que nació en Madrid por 2011. Tiene mil reflexiones y frases pero me quedo con una: “El mundo se divide, sobre todo, entre indignos e indignados, y ya sabrá cada quien de qué lado quiere o puede estar”. Su lado humanista y positivo, siempre en defensa de los derechos y libertades haciendo una gran critica al no-desarrollo humano. Mi primera frase leída de Galeano, referencia a la utopía jamás la olvido: “La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar”.

JULIO ANGUITA. Ejemplo vivo, solidario y coherente de lo que predicó y predica. Uno de los mejores discursos políticos que he visto, ha sido de Anguita, del año 1999. Maestro y político, secretario general del PCE y coordinador de IU.  Antes de esto fue alcalde de Córdoba por el PCE y reelegido por mayoría en 1983 pasando a ser conocido como el “Califa Rojo”. Muy crítico con el gobierno socialista y por supuesto con el sistema capitalista actual. Ante todo ha sido y a día de hoy ya jubilado, sigue siendo un gran activista del bien común, de la dignidad, de los derechos, de la vida, siendo irreprochable en hechos. Gran defensor también del 15M.

ENRIC DURAN. Catalán, también conocido como  Robín de los Bancos es un activista español. Muy implicado en iniciativas como la Consulta por la abolición de la deuda externa, el Movimiento de Resistencia Global, la Campaña contra el Banco Mundial… Ha sido promotor de proyectos como la agencia de noticias liberinfo.net,  El 17 de septiembre de 2008 anunció que, como parte de una acción política, estafó cerca de medio millón de euros a diferentes entidades financieras con el objetivo de denunciar, en sus propias palabras, el “depredador sistema capitalista” financiando diferentes movimientos sociales anti-capitalistas.

EMILIO LLEDÓ. Es un filósofo español formado en Alemania, que ha sido profesor en las universidades de Heidelberg, La Laguna, Barcelona y Madrid. Es miembro de la Real Academia Española y también príncipe de Asturias. Hombre potentemente reflexivo sobre la naturaleza humana, la vida, la naturaleza y sus valores. Crítico con el mundo que antepone el dinero como el bien supremo, tachándolo de perdido, proponiendo la memoria como “rescate”, como referencia y aprendizaje. “Lo que el ser humano es, es lo que la educación hace de él”.

JORGE BUCAY. De Buenos Aires, Argentina. Es un sobresaliente representante del psicodrama, además es escritor y un destacado practicante de la terapia Gestalt. Ampliamente reconocido en España y Latinoamérica por medio de sus textos de superación personal y autoayuda.

GERARDO IGLESIAS. Es un minero y político español, secretario general del PCE, ya retirado de la vida pública. Fue un ejemplo de servicio, ya que cuando termino en la vida política, volvió a su trabajo de la mina. Riguroso y responsable con su forma de pensar.

 
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Publicado por en 23 junio, 2015 en Amor, Entrevistas, Politica, Reverteando