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Archivos Mensuales: marzo 2014

Aprendiz

No aprenden los años, aprenden las actitudes. La experiencia no son las situaciones vividas, la experiencia es interpretarlas y aprender algo de ellas. Moralinas y moralejas. La verdad no es la tuya, la verdad son los hechos. Los hechos son lo que pasa cuando lo cuenta un periodista de verdad. La certeza de la verdad no está en la cabeza está en los hechos y en saber mirarlos. La verdad está. Lo que no está preparada es la cabeza que no puede o no quiere verdad.

Los que hablan mucho, aprenden poco. Como los que cuentan su cuento como universal. Y no aprenden definitivamente nada los que cambian su cuento universal por placer del espejismo, por antojo, sin mirar el reloj. Una nada tan grande como un incapaz. Como un absurdo interprete del juego.

Aprende más el que no se une sin saber a qué se une. El que se niega a no saber o por lo menos a no conocer a pisar por dónde camina. Aprende más y después se une mejor. Porque siempre, aprende mucho el valiente inteligente. No el que mira, sino el que sabe mirar. El que sabe buscar entre la mierda, es el que aprende, y no gana, mejor: se gana. Mirar no es ver, es aprender a mirar. El valiente no es incauto porque es inteligente. El valiente no es egoísta porque es inteligente. El valiente no es nada más que un gran inteligente. Eso sí, el valiente es fiel, porque es inteligente y conoce lo que eso significa.

Aprende el que practica con ello, el que busca lo importante por sí. Por eso no aprende necesariamente el que aprueba un examen. Aprender es mucho más, es todo más.

Aprende más y mejor el que busca la unión, el que busca lo común, y conoce lo que no es común. No se suelen aprender verdades, se suelen aprender mentiras. Es más fácil aprender mentiras que encontrar verdades. Para aprender verdades hay que buscarlas o vivirlas. Aprende el que comparte y el que invierte tiempo donde halla o intuye. También lo hace el curioso.

No aprende el que se sorprende quedándose paralizado. ¿Qué esperabas? Ni el que delega lo que quiere en la respuesta de los demás. Ni el que delega su autoestima, y menos por encima del respeto de sí mismo. No aprende el que se engaña, aunque de igual que engañe a los demás. No aprende el tonto-listo y menos mal. Espero como mucho que aprenda a recibir, porque le puede tocar. No aprende el borrego, porque no sabe dónde va. Al igual que el imbécil y el bocazas. No lo hace el que se une ocasional, y solo mira su ombligo a la vez que lo exhibe.

Se pueden conseguir cosas. Se pueden aprender cosas. No es lo mismo porque aprender te permite mucho más.

Aprende el que intuye e interpreta lo que pasa y lo que puede pasar. El que ha aprendido y aprende, conoce lo que puede pasar, pero no lo sabe y con esta no certeza lo vive con naturalidad.

Intuye el que sabe oler. Interpreta el que sabe ver.

 
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Publicado por en 20 marzo, 2014 en Sin categoría

 

Migrando Cultura

Me resulta curioso y me suelo reír. Pero a veces la arcada me llega tan fuerte, que deja de resultarme curioso y me resulta insultante e infame. No hay cosa más borrega, metepatas y fuera de lugar, que alegres opiniones sobre temas tan complejos como la inmigración. La ignorancia es atrevida. En este país somos muy atrevidos. Y cuidado que es la ignorancia, junto con la indignidad, lo que hace que un país no salga adelante y se haga miserable, en las formas e inminentemente después en los dineros.

No defiendo a nada ni a nadie. Cada uno tiene que hacerlo por sí.

Este cuento, a un ultra extremo del rebaño, que no conozca, que no lea, desinformado, que se guie por clichés fáciles, pase. Que la mayoría de las veces no conocen lo que defienden, por incultura, incluso en contra de sus intereses propios, sin caer en la cuenta de esto. A un ultra, se le puede colar. Además, es un tonto haciendo de altavoz. «Atención atención, yo soy de aquí, y tú de allí. Como yo nací aquí y tu allí yo soy mejor que tú y tengo la razón y más derecho a decidir.»

Hay que ser necio. ¿Solo por el hecho de que naciste aquí eres de aquí a fuego y es lo bueno y la ley… el que nació enfrente lo es a fuego también de su lugar? Naciste aquí por azar, como podrías haber nacido en Francia, en EEUU, en el Congo o en Sudamérica. Hay que ser necio, semi ultra y sectario, si por haber nacido en una «familia que es de derechas o izquierdas (si es que se puede ser o tiene sentido ser)» eres de derechas o izquierdas a muerte, aunque ello defienda lo que va totalmente en contra tuya como individuo en alguna ocasión. Es decir que ni siquiera te planteas si tu opción de «nacimiento», te conviene, sin hablar de respeto al de enfrente. Donde digo derechas o izquierdas, digo Madrid y Barça… rellene usted a su gusto. Todo esto, aparte del olor a mierda suelta, te hace ser una persona más egoísta y más acrítica.

Ellos son extremos de allí y tú eres extremo de aquí. O de tal pensamiento, o de tal lucha… pero en el fondo es lo mismo con distinto icono. Uno más de un rebaño. Rebaños que, en el fondo, no son tan distintos. Parece obligatorio pertenecer a uno. Si no, ya se encargaran de que lo seas. Se llama etiquetar. Por supuesto, el que existan rebaños, le interesa al que los dirige, al canalla.

Las personas con pocos recursos, buscan soluciones fáciles y sencillas para salir al paso, precisamente porque tienen pocos recursos. No digo que haya que complicarse, muchas veces una solución sencilla es la mejor manera. Pero en problemas profundos y más globales no se suele resolver el asunto, como en la inmigración. Por eso resolver un problema así no es sencillo. No hablo de soluciones. Hablo de alegres opiniones, donde para hacerlo, como pasa habitualmente, hay que conocerlo.

Las migraciones son a nivel mundial. La gente antes de morir por falta de pan, anda, camina y pone su vida en peligro. Camina hacia donde puede cubrir sus necesidades. Nadie estamos libres de nada. La tortilla puede darse la vuelta.

Todo cambia. Defender que los canallas tomen el rumbo siempre a su favor, es una causa noble. Buscar la dignidad, en un mundo indigno. Buscar la unión de los que nos separan para aprovechar la situación.

No defiendo a nadie. Solo causas nobles. Pero un niño con diez años, no tiene que morir mientras el cabrón se muere en la cama con cien años. El cabrón que se come los recursos de todos los demás. De todos nosotros.

 
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Publicado por en 7 marzo, 2014 en Politica