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Archivos Mensuales: marzo 2015

Por ellos

Igual nosotros, no nos lo merecemos ya… Pero hay que hacerlo por ellos.

Cada uno tenemos la responsabilidad activa de vivir. A parte del derecho a vivir, tenemos la obligación de vivir, y vivir bien. Es una obligación que sólo depende de nosotros. Si uno, uno de nosotros, en su objetivo o vida que lleve, se lo trabaja; en lo laboral, en lo social (pareja, amigos, familia), en lo personal*.

Si uno se lo curra todos los días un poquito, lo intenta y tiene dignidad en el fracaso y cerebro en la victoria, no vale hacerlo una temporada, hay que tenerlo actualizado. Si uno hace todo éso es muy probable que cumpla objetivos, ya que toma partida e intenta dirigir su vida de la manera más consecuente. Es una tarea difícil, pero aún no consiguiendo todo lo que nos proponemos, a medio o corto plazo podemos darnos cuenta de que obtenemos frutos. Por otro lado, a parte de la cosecha, está la satisfacción de accionar de manera correcta. Accionar de manera correcta en lo individual puede que a veces nos lleve a tomar decisiones o acciones en las cuales no recogemos directamente o momentáneamente el fin del objetivo. Se llama estrategia, y es fácil de entender. Es sencillo también porque sólo hay que coordinar una persona. Tu mismo y tu mecanismo de empoderamiento. Pero la estrategia social… ¿será tan fácil?

¿Quién, cómo, dónde y por qué se empodera la sociedad? Un país, un pueblo, un estado, una región o un continente entero.

Es más complicado, porque coordinar gente cuesta trabajo, porque democratizar un cambio a mejor, es complicado y es más lento, pero es más justo, mejor y más nutritivo para todos. Pero en parte, estamos en la obligación individual de aportar inteligencia social si queremos vivir en un lugar mejor, si no es para nosotros para ellos, que lo merecen más.

Los partidos políticos nuevos, y añadiría necesarios, no lo harán «per se». Son una herramienta al servicio de. Por supuesto serán reemplazados por otros nuevos en un futuro también. Por higiene. Pero un partido no cambia una sociedad. Ahí debe entrar nuestra inteligencia y responsabilidad social. Quien la cambia somos cada uno de nosotros. Somos nosotros lo que hemos hecho ésto. El nosotros es la suma de cada individualidad, con todo lo que éso conlleva. Somos responsables y ademas es nuestra obligación.

Nadie lo hará de manera individual ni social por nosotros. Será más difícil, pero es la única manera. Y será difícil, porque, como se ha comprobado, el sistema en el que vivimos está podrido y se han perdido los valores; la base de una cultura. Pero los hemos perdido nosotros y somos, cada uno individualmente, los que debemos recuperarlos. Será difícil por los que se aprovechan de esa riqueza creada por la gran mayoría, con falsos sentimientos de patria, nos enfrentaran para beneficiarse. Porque han comprado las herramientas, en todos los planos, para manipular y seguir, como garrapatas aferradas comiendo del y al sistema. Será difícil porque mucha gente ha perdido la dignidad en la vida, que es la base del bienestar. El que delega éso lo paga muy caro. Será difícil sin dignidad porque no podremos creernos ni sentirnos aptos ni merecedores de una vida buena, con acceso y mejor. Una vida digna, que merezca la pena ser vivida. No nos la van a dar, hay que conquistarla, empezando por uno mismo.

La conquista. La conquista de ser conscientes de nuestra consciencia. La conquista de ser conscientes de nuestros pensamientos y creencias. Porque siendo conscientes de ellos podemos observarlas y cambiarlas y a partir de ahí seleccionar a dónde ir y cómo caminar. De que la vida es un regalo que se gasta rápido. Solo así podremos desmontar las mentiras que nos han grabado a fuego. A través del conocimiento y la educación, que nos reconcilia con nosotros mismos. Mentiras como que para que a nosotros nos vaya bien, les tiene que ir muy bien a los ricos; se ha demostrado que la acumulación de capital hace que hasta el mismísimo sistema capitalista no funcione, cosa lógica y paradójica por otro lado. Mentiras como que el tiempo es oro; el tiempo es vida, y la vida es la madre de todo lo que podemos hacer. Sin vida no aprovechamos el oro, ni la plata. Y mil mentiras más encerradas en mentes oscuras y poco trabajadas. Éso es triste.

No aplaudiendo al hijo de puta, porque ese hijo de puta lo es y consigue sus objetivos gracias al que le baila el agua. Quitando reconocimiento social a quien no lo merece, en todos los planos. Concretando: quitando reconocimiento social a quien actúa de manera egoísta contra el bien común. Sea político, banquero, presidente de comunidad de vecinos, amigo, constructor, obrero o cura. Utilizando herramientas cómo la solidaridad, la empatía, la valentía, la determinación, el conocimiento y el amor (que es lo contrario del miedo). El amor, la parte mas importante por la que una nueva vida nace.

Desmontar y conquistar nuestras creencias, con pensamiento critico y buscar el tan comentado ganar ganar. Será difícil pero hay nutrientes que nos ayudan; solidaridad, compresión, dignidad, esfuerzo. Valores «sine qua non» para vivirnos y compartirnos con calidad, calidez, empatía, felicidad y realidad.

Si no lo hacemos por nosotros, como debería de ser, hagámoslo por ellos. ¿Qué mundo vamos a dejarles? En todos los sentidos… ¿Seremos tan mediocres o tan cobardes? Espero que no. Ése no es mi plan. Aunque sea… por ellos. Debe ser bueno y bonito, pero no es gratis (y no hablo en términos económicos), hay que currárselo.

Dejémosles el mejor escenario, para ese regalo, que es la vida. Por ellos.

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Publicado por en 8 marzo, 2015 en Abstracto, Amor, Politica