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Archivo del Autor: juanfisherman

Un libro en la selva

Entro al metro tras salir de la oficina pensando que casi podría repetir de memoria los ruidos que escucho hasta coger el tren. Primero el que compra oro, luego el que vende carteras para el abono… Siempre los mismos soniquetes. Madrid en verano es para los que no nos queda más remedio. Los olores se multiplican, los trenes pasan cuando quieren. Es un enorme engrudo oscuro que por el día recoge el calor y por la noche lo suelta a modo de calefactor. Por si el sol no hubiera sido lo bastante percutor.

Pese a todo, es una ciudad espectacular. Como dicen, de Madrid al cielo, aunque no sé si todo el rato. Los museos con El Prado a la cabeza. Los jardines del retiro, el Madrid de los Austrias de la plaza de la Villa y Teatro y Palacio Real. La Latina y el rastro. El barrio de las letras, donde se forjó la lengua española. Allí vivió, en unas pocas manzanas, la mayor concentración de talento literario que hubo jamás, cuando Madrid fuera la capital del mundo. Lope, Calderón, Cervantes, Góngora y tantos otros. El Madrid del barrio de Malasaña. Incluso a veces es Madrid río también.

Es fácil adivinar que esta ciudad tiene mil caras, pasadas y presentes. Algunas también menos amables. De gente automatizada y robotizada corriendo en todas direcciones. El Madrid impersonal, que no siempre pero existe. Solo con tiempo para tener prisa. Es difícil a veces llevar un ritmo tranquilo, parece que la ciudad te lo impide. Y más aún disfrutar de las cosas si uno va corriendo. Poco ayudan las calles sucias patrocinadas por vecinos incívicos.

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Una dosis elevada me lleve el otro día sin tener gana de ello. No por nada en particular, sino por la suma que colma el vaso. La gente que empuja al entrar al vagón o los que no te dejan bajar porque se montan sin cederte el paso. Los que no te lo agradecen cuando tú lo haces. Los que hacen esa sinfonía, tan poco agradable, para acabar escupiendo en cualquier lugar como ya venían anunciando. Niños chillando y no tan niños con la música en el móvil para que lo escuche todo el tren. Y tú, mientras, intentando leer. Que ya no es por el ruido, sino por el veneno que le recorre a uno de todo lo anterior.

También máquinas estúpidas jugando y perdiendo el tiempo con máquinas inteligentes. No es difícil saber a quién se le otorga cada adjetivo. Consumidores de tiempo que no se reconocen entre iguales. Palabras como educación o civismo no se encuentran. Ratas y cloacas, mejor. Con toda esa serie de ideas rondando la cabeza, el nivel de mala leche, asco o vete a saber, subía. Ahora no era de Madrid al cielo, ahora era de Madrid a cien kilómetros. Por lo menos. Que ganas de salir corriendo de aquí y alejarme, pensaba. Y qué ganas de tirar de metralleta.

Pero al salir del metro observe algo que me cambió el gesto. Una chica joven sentada en un banco a la sombra de un árbol. Su aspecto físico y su planta, inmejorables. Brillaba incluso bajo aquella sombra. Especialmente por algo: estaba leyendo. Tenía un libro abierto entre sus manos. No fui capaz de leer la portada, por curiosidad. Tranquila, quizás esperando a alguien pero sin pinta de estar estresada por ello, disfrutando de su lectura y de estar ahí sentada. Y justo ahí, tú te quedas mirando con admiración, mientras te alejas y sientes como mitigan tus ganas de metralleta. Cómo te reconcilias con Madrid y con la vida. Que la belleza exterior puede aparejar también la interior. Confiando en que detrás del mundo de plástico, apariencias, prisas y consumo absurdo aún existe otra cosa. Pero sobre todo, pensando que si hay gente que lee, significa que hay esperanza.

 

 

 
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Publicado por en 5 septiembre, 2016 en Amor, Narrativo, Vivencias

 

El bueno de Adrián

Las olas en la playa de Levante eran suaves y la arena fina tenía la temperatura perfecta para pasear descalzo cerca del mar. Sintiendo el agradable frescor entre sus pies, Adrián caminaba junto a una chica que había conocido a principios de verano. Esa era su primera escapada juntos. Por fin dejaba atrás una relación sin sentido con una pareja que no le dejaba dejarla. La mitad de la luna había salido a saludarles mientras decidían ir a tomar una copa al paseo marítimo.

Dos mojitos con mucha menta eran perfectos, igual que la noche que se había quedado para ellos. Aunque el destino aquella noche no estaba libre de cierta ironía. Al agarrar la puerta para salir a aliviar sus ganas de fumar, encontró algo que le cambió el gesto de la cara. Para él era algo, pero realmente era alguien. Era la novia de la cual pensaba que ya se había librado.

Para evitar la situación, decidieron salir con sus consumiciones de nuevo a la playa. Las hamacas apiladas durante la noche podían ser un buen sitio para sentarse. Adrián no podía dejar de pensar qué narices hacía su ex allí. Entre tanto su nueva amiga, que no sabía qué decir, le comentó que era muy guapa. Es mala persona y es peligrosa, pensó Adrián en alto para intentar acallar ese comentario tan poco afortunado.

Intentaron disuadirse del momento anterior entre los tragos con sabor a menta. Observaban el mar, perdiendo la mirada en esa media luna blanca partiéndose en pedazos al antojo del pequeño oleaje. Desde esa misma orilla vieron como un tipo de complexión delgada se acercaba poco a poco con la cabeza agachada. Qué curioso, parecía que iba en la dirección donde estaban sentados. Los últimos metros de este lo confirmaron.

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El tipo se paró delante, y les preguntó si tenían hielos. Adrián pronunció dos palabras para explicarle que no pero fue imposible pronunciar otra tercera. En ese momento el tipo le lanzó una torta con la fuerza de todo el cuerpo con la diestra. Seguidamente un puñetazo y otro, directos a la cara. Con el desconcierto no fue capaz de cubrirse en ningún momento. Logró incorporar el gesto de sentado tras el tercer asalto y no pudo decir palabra. Estaba noqueado. Los golpes habían sido fuertes, rápidos y secos en su semblante.

Si te mueves de aquí, haces algo o llamas a la policía vengo con una pistola y te pego un tiro. Esas fueron sus palabras. A continuación comenzó a alejarse hacia el paseo marítimo a la vez que un goteo incesante de sangre salía por la nariz de Adrián. Estaba convencido de que ese tipo se había equivocado. Algún tema de drogas, de dinero… Tenía que aclarar que había sido un error, que él no era. No cabía otra explicación y había que zanjarlo cuanto antes.

Adrián comenzó a correr más convencido cada vez tras su agresor. Este empezó a mezclarse con la gente del paseo marítimo y en ese momento los policías se dieron cuenta de la persecución y Adrián señaló a su agresor cuando la policía lo miraba.

Se sintió reconfortado por haber salido detrás y aún más porque la policía le podría cubrir si intentaban hacerle daño. Sobre todo si era con una pistola. Mientras explicaba al policía lo que había pasado, vio que otro agente traía al agresor, que volvía con la cabeza agachada.

De repente notó la presencia de su compañera de viaje. Ya estaba cerca de él. Se dio cuenta de que seguía sangrando y le pidió que fuese a buscar papel para taparse la hemorragia. Ella aún sin decir esta boca es mía accedió rápido.Tras ponerse el papel en la nariz para parar la sangre se dio cuenta de que había más policía unos metros detrás. Entonces reparó en que había gente que conocía. No podía creerlo. Al ver que Adrián se dio cuenta, se fueron acercando, como si salieran de la madriguera. De repente, contando al agresor, eran ya un grupo de cuatro personas que parecían conocerse todos entre sí. Dos chicos y dos chicas.

No podía ser que su ex y una amiga suya estuvieran detrás de eso. Pero sí, de repente todo tenía sentido. Sintió alivio despejando el pensamiento de que le hubieran confundido una banda de narcos. Pero esto era mucho más sórdido. Su ex estaba justificando a su agresor comentando que Adrián la trataba mal y la había pegado. Para él no era sorprendente, ya sabía cómo se las gastaba.

El agredido conocía a todos menos a su agresor. En ese momento escuchó la risa cómplice de su ex con un policía en el grupo de cuatro donde parecía muy convencida y cómoda con lo que maldecía sobre él. También los policías parecían entretenidos y jocosos con ella y sus historias. El otro chico del grupo, que el conocía, al notar su tensión tuvo un comportamiento curioso. Le dijo a la ex de Adrián que por qué habían venido si sabía que el andaba por aquí. A Adrián le pareció que lo decía solamente porque el estaba delante mirándolos. Es como si quisiera exculparse delante mía, pensó.

Solo quería vomitar y explicarle a todo el mundo lo que le estaba pasando. Gritar la verdad a los cuatro vientos. El chico que Adrián conocía se acercó y le llamó por su nombre. Le dijo que no pasaba nada. Pero su receptor no quería ni verle ni oírle cerca, solo podía pensar en lo cobarde que era. Para acabar con la situación optó por decir al policía que de momento lo iba a pensar si se decidía denunciarlos. Tuvo que tragar saliva para no escupir al conocido que asentía dándole la razón a Adrián cuando confesaba sus planes de no beligerancia. Eso le dolió más que el puñetazo.

Minutos después se estaban alejando de aquel barullo y de la policía, de la playa, del mar, del paseo y de la luna. Había pasado todo muy rápido. La noche ya no era tan amable. Miles de pensamientos pasaban rápidamente. En ese momento, su compañera de viaje rompió el silencio que mantuvo desde que había pasado todo. Qué locura.

Este relato participa en el concurso de #relatosdeverano de Zenda.

 
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Publicado por en 22 agosto, 2016 en Narrativo

 

Reverteando II. La mujer como ser superior

Pequeña parte de la conversación “La literatura como aventura”. sobre la mujer, entre Arturo Pérez-Reverte y Maira, en la Universidad de Puerto Rico.

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A. – Una de las cosas que he descubierto, y eso no fue en la guerra, fue en la vida, es que la mujer es un ser superior. Esto no es un alago fácil, puedo razonarlo.Tú tienes una cuna, con dos niños gemelos de seis meses; el niño y la niña al lado. El niño es un pedazo de carne con ojos. La niña le haces un gesto y ya te está mirando, te agarra la mano, ya te está mandando mensajes… hay una información genética que está en la mujer desde hace mucho tiempo. Esto ya lo hemos hablado alguna vez.

Son muchos siglos de estar callada, de silencios, de ser botín del vencedor, de que a tu hijo se lo lleven a la guerra, de que el marido se vaya al futbol o a la guerra o tal. De estar ahí callada junto al fuego, cosiendo, cocinando, mirando… Entonces eso ha generado esa especie de lucidez, una capacidad de observación, de penetración, de inteligencia potententísima en la mujer, de la que el hombre por su misma dinámica de cazador, de guerrero, de futbolero, de borracho en la esquina, de putero… ha diluido en otras cosas. Esa energía la mujer la concentró en educarse a sí misma en cuanto a mirada en su aspecto interior. Con lo cual, por simple evolución genética el hombre sigue siendo igual de estúpido que hace veinte siglos o treinta, pero la mujer ha generado una inteligencia que ya es genética. Hasta las tontas, y hay mujeres muy tontas, la tienen sin saber que la tienen.

Yo me di cuenta de eso cuando mi hija Carlota de siete años un día discutiendo me dijo: «Pero papá». Con un desprecio… con una superioridad moral. Yo me la quede mirando y pensé, pero si ésta pingaja, no la han engañado, no la han mentido, no sabe que es el sexo, no sabe que son los hombres… y ya sabe que somos despreciables. Y me puse a pensar por qué. Las mujeres, los recuerdos… y descubrí eso. Que mi hija vino ya a la vida con una lucidez genética que el niño tiene que hacerse. Mientras que ella tiene la mitad del camino hecho.

Con eso decidí hacer una novela donde una mujer fuera la protagonista. Y que La Reina del Sur iba a ser la historia, y ahí apliqué todas estas teorías. Esa especie de sabiduría y también soledad, de amargura y de lucidez. Porque hay una cosa que está clara y es muy interesante también. Hasta la mujer aparentemente más feliz del mundo, que tiene hijos, que tiene un matrimonio feliz, tiene rincones de soledad personal, de lucidez intima que no llena con nada. Que sólo son de ella. Rincones oscuros de ella. Silenciosos.

El hombre lo mejor que puede hacer ahí es acercarse con buena voluntad e intentar… la espalda silenciosa. Que levante la mano aquí el barón que no haya estado junto a una espalda silenciosa. ¿Qué ha pasado? Nada. ¿Qué ha ocurrido? Nada. ¿Qué he hecho? No, Nada. Y estás todo el rato dando vueltas… Qué fue, que hice, qué no hice. Se dió cuenta… ese cabello rubio en la solapa, ¿lo vió? ¿Qué fue? Y pasan años y años. Y un día te dice, oye gilipollas ¿te acuerdas aquel día? Pues pum pum pum.

M. – Me alegra mucho que la hayas escrito porque es una mujer que no es una sierva del amor. Es una mujer que comienza con una gran violencia fundacional que la hace despertarse a un mundo y tiene que hacer, como muchas de nosotras, toda una serie de negociaciones con el poder.

A. – Has tocado un punto muy interesante. Es que hay un punto débil de la mujer y por eso es tan fascinante la mujer como personaje. En mis novelas siempre salen esas mujeres y cada vez me interesan más. Por eso la mujer es tan justificable cuando es tan cruel, tan dura cuando es dura. Por eso la mujer es tan amarga. Pero al mismo tiempo ocurre que la mujer es prisionera de su útero también. Y de su corazón. Hay un vínculo útero, corazón muy importante que en el hombre no existe. El hombre para eso, es como para todo, sota caballo y rey. Mucho más elemental. En la mujer hay unas complejidades. La mujer más lucida del mundo, puede de pronto puede encoñarse y perder la capacidad de autodefensa y entregarse de una forma absolutamente suicida a un tipo habitualmente indigno de ella. Porque la conexión útero, cabeza y corazón la ha cortocircuitado. Es muy interesante ver como mujeres muy poderosas intelectualmente se ven en situaciones así. Y eso tu podrías…

M. – Tiene que ver con la vulnerabilidad. Hay un mito y hay una búsqueda del hombre con la invulnerabilidad, con lo que no le toca, con lo que siempre está cerrado, armado, fuerte… que nosotras no tenemos. No la tenemos. Y aún las mujeres que saben de guerra o que saben manejar puntos de rol… hay siempre un espacio abierto porque si no… somos puerta de vida. Si todo estuviera cerrado, sería el fin. Tiene que haber un espacio de vulnerabilidad.

 
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Publicado por en 15 julio, 2016 en Abstracto, Reverteando

 

Una enamorada y un amante bailan por Sevilla

Como cuenta Reverte al principio de La piel del tambor, nadie podría inventarse una ciudad como Sevilla. Tiene razón. Caminando por la noche, observando la giralda iluminada tenía la sensación de estar en un cuento. Te invita a pasear y perderte por ella entre la calidez de su gente. Por cada una de sus calles. Ese blanco y dorado de sus edificios bajo los cuales incide un espléndido sol andaluz.

La Sevilla testigo del tiempo que no ha perdido la memoria. Su arquitectura da fe de ello en el casco antiguo más grande de España. El Guadalquivir, por donde vino todo, atestigua nuestros lazos con América Latina y el nuevo mundo. El puerto de Indias convirtió a la ciudad en el centro financiero y mercantil de la época.

Tiene algo. Sus callejones se descubren a cada momento y te transmiten vida y tranquilidad. Desde la calle Betis se muestra un retrato para recrearse.

Aunque siempre he considerado a Andalucía como un amante en el que  puedes escapar de  la mediocridad de Madrid, que te hace envolverte en su arte y su alegría, y enamorarte de sus calles y ciudades, en mi primera visita fugaz a Sevilla (y al contrario de lo que suele ocurrirle a quien pisa por primera vez la ciudad), ésta no me enamoró.

Nunca he sido muy afín a los señoríos y las galas, y recorrer la ciudad hispalense significa moverse entre mujeres de mantilla y peineta y  señoritos con pinta de toreros, trajeados y peinados, que se mezclan entre el aroma a incienso y las procesiones, que te hacen sentir que vives en una Semana Santa constante en cualquier época del año.

En aquella visita, por más que lo intenté no encontré la sintonía, no podía fluir tranquilamente en la vida sevillana; había cosas bonitas, si, pero no sentía la belleza. Asique después de haber pasado algunos días sorteando a  las vendedoras de romero de los alrededores de la catedral me fui. No me llevaba una parte de la ciudad conmigo, no sentía nada especial después de haber estado allí. No quería a Sevilla, pero a Sevilla le gusta que le quieran, asique me hizo volver para quedarme algún tiempo después. Así pude aprender a mirarle con otros ojos, porque a Sevilla no se le puede mirar de cualquier manera, a Sevilla hay que mirarla con pasión.

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Las dos veces que la he visitado, al llegar, la ciudad estaba plácidamente dormida, con un murmullo tranquilo. De noche. Sus edificios, reposando en un reflejo naranja de foto. Como es costumbre en mi vida, busco una primera vez para las cosas antes de que se haga demasiado tarde. Tocaba por fin descubrir Sevilla. Además, en algunas ocasiones es mejor si lo haces con una persona con experiencia para serpentear entre sus edificios.

Transitamos por el centro de la ciudad, con un sol generoso, que la iluminó para nosotros. Tan generoso que no nos abrasó. Alguna que otra iglesia, hasta llegar a la plaza de la catedral nos regalaron las primeras vistas amables. Tras subir a la Giralda para observar la ciudad desde un lugar privilegiado acabamos colándonos en el barrio, sin duda, más bonito. Porque callejear, ya que no se puede hacer otra cosa, por Santa Cruz, es un placer para los sentidos. Sobre todo para la vista y el olfato.

También lo es acabar en una de sus mesas con una jarra de vino manzanilla andaluz tan típico, para calmar nuestra sed y picar algo disfrutando del vaivén del aquel sitio. Tras pasarlo tan mal entre trago y trago, llegamos sin darnos cuenta a la tarde. Paseamos entre las sombras de los parques cercanos al Alcázar tratando de evitar un sol hercúleo y cruzando un par de calles llegamos a un sitio espectacular y único en su género. Mi guia trataba de sorprenderme y lo conseguía con bastante facilidad.

Uno nunca sabe lo que le va a deparar la vida, y como a quién no quiere caldo le dan dos tazas, el destino quiso que me tuviera que trasladar a Sevilla durante un tiempo indeterminado. Al principio, reacia a todo lo nuevo que me rodeaba, no conseguía la manera de adaptarme e integrarme en el entorno. Incapaz de entender el acento cuando algún conductor de autobús o camarero me hablaban, me movía constantemente desde Sevilla Este hasta el Centro, sin saber dónde pararme  y sentarme a disfrutar de cualquier sombra, tan codiciada en el calor abrasante de aquel Agosto.

Sin embargo, poco a poco, el día a día sevillano fue conquistándome, la alegría de la gente se me contagiaba, mis pies empezaron a acostumbrarse a las calles, mi cuerpo al calor, mis ojos a la Giralda y mi alma a Andalucía.

Y aunque con el tiempo fui adaptándome y viviendo en paz con la ciudad, aún recuerdo la primera vez que ésta consiguió dejarme realmente con la boca abierta.

Todavía puedo sentir la sensación de asombro y expectación por el paisaje que se iba apareciendo a mi alrededor a medida que iba cruzando las dos torres que dan entrada a uno de los lugares más impresionantes que he podido visitar.

Tuve que mirar dos veces porque no podía creer lo que mis ojos veían. Los colores, la arquitectura, el agua y el sol se combinaban a la perfección dejando un mosaico de formas que a día de hoy sigo sin poder describir con palabras. Sin embargo, desde el momento en el que pisé esa plaza, supe que había encontrado mi pequeño sitio en Sevilla, un lugar donde pasar las horas sin más que hacer que mirar de un lado a otro, y disfrutar de la belleza que Aníbal González construyó para nosotros.

A día de hoy, una de mis cosas favoritas cuando enseño a alguien la ciudad es ver su cara cuando les llevo aquí. Todavía no conozco a nadie que no se haya quedado alucinando al conocer la Plaza de España. Sigue siendo mi lugar favorito de Sevilla, y creo que lo será para siempre.

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Con permiso de la salmantina, la de Sevilla es espectacular. “És lo mejor que tenemos”, advertía una mujer de allí la noche anterior. Ya estábamos dentro para aseverar sus palabras.

Buscar tu tierra representada entre cada una de las provincias allí presentes, es una actividad constante en ese semicírculo entre dos torres que mira al Guadalquivir. Símbolo de abrazo con los antiguos territorios americanos. Con esa patria común de casi quinientos millones de hispanohablantes.

Una enamorada de la ciudad me desveló una historia allí, en el instante que subíamos a esa especie de mirador dentro de la Plaza para elevar nuestra mirada. Conocimos el lema de la ciudad y su porqué: NO8DO (No me ha dexado), por el apoyo de la ciudad a Alfonso X.

Y esque eso es viajar con sentido. Conocer que cada lugar que pisas y recorres tiene vida pasada. Dotar todo de sentido. Una historia que hace al lugar ser como es. Es imposible explicar Sevilla sin su historia, al igual que pasa con España. Se trata de amueblar los lugares que descubres con la memoria, su biografía y sus leyendas. Es la mejor manera de respetar los lugares y fluir por ellos: conociendo su historia.

Fluir tanto y notar como se dibuja en tu cara una sonrisa de complicidad al ver una cuadrilla, con una guitarra y un par de “bajos” improvisados. Dos cubiteras metálicas hacían las veces de instrumento en La Cigala de Oro. Tocando sin más motivo que la alegría de vivir y estar. Así comprendí que Sevilla tiene realmente un color especial y mucho arte, en primera persona. Si tuviera que definirla, sería así.

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Poco a poco, los Domingos por Triana empezaron a convertirse en mi momento preferido. Cada vez que cruzaba el puente parecía entrar  a otra época, a otro mundo. Triana huele a flamenco y a pescaito frito. El barullo de la calle por el día te hace perderte aún más en ella. Es la esencia de Sevilla, el barrio por excelencia. Las macetas con las flores, las guitarras, las terrazas, los balcones…

Los trianeros dicen que Triana no es Sevilla, que es otra cosa, y yo, creo que la una sin la otra y la otra sin la una, nunca hubieran sido lo que son.

Aunque siempre me ha parecido que la noche hace aparecer un halo de misterio y magia sobre cualquier lugar que cubre, a medida que pasaba el tiempo me fui dando cuenta de que a Sevilla la noche le sienta especialmente bien. Caminar por sus callejas cuando ya no hay luz puede convertirse en uno de los paseos más especiales que jamás podrás hacer.

Encontrarte de lleno con la giralda iluminada, tomar algo al lado del rio mientras contemplas en el agua el reflejo de la torre del oro, un paseo en barco por el Guadalquivir, una cena en Santa Cruz…Es la magia hecha ciudad.

¡Y la feria! Uno nunca ha vivido Sevilla si no ha ido a una feria…Los  trajes de gitana, las flores en el pelo, el vino fino…quedarse embobado viendo bailar a todo el mundo, escuchar “Sueña la margarita con ser romero” hasta volverse loco.

Una vez que cruzas la portada, dentro del ferial, debes estar preparado para el derroche de arte y alegría que se vive en cada caseta.

No conozco la feria, por falta de tiempo. Dos ocasiones. Sólo dos fines de semana han hecho que me convirtiera en un amante fugaz. Pero un buen amante, creo. Ya hace algo más de un año de la primera visita y fue hace muy poco la segunda. Aún quedan cosas por ver. Mejor así. Eso no es tan importante y me valdrá de excusa para volver a ser, al menos una vez más, amante de Sevilla. Lo importante no es lo que queda por ver, sino por vivir. Porque todo aquello, es un lugar para vivirlo y sentirlo. De manera tranquila, dejándote seducir por aquel microclima.

Recuerdo nítidamente el sentimiento al dejar la ciudad. Las dos veces. Fue el mismo y en el mismo lugar, en Santa Justa. “No me quiero ir de aquí”, pensaba, mientras el sentimiento de pena recorría mi cuerpo como un pequeño escalofrío. Quizá es un placer irse con ganas de no querer largarse de un lugar. Suena raro, muy raro, pero es cierto.

Aún así, ni siquiera me enfade ni me entro demasiada coraje. Abracé aquel sentimiento, porque sabía que me volvería a llevar hasta allí. Creo que uno no se despide para siempre de Sevilla. Intuí entonces que de ésta ciudad, no se puede ser un mal amante que la abandona durante mucho tiempo.

Justo hoy, mientras escribo esto, hace un año que dejé Sevilla para volver a mi casa. No pude despedirme de la ciudad, aunque en el fondo creo que es que no quise.

Contra todo pronóstico me dolía decirle adiós.  Poco a poco me había ganado, y me había convertido en alguien que antes no era. Aprendí a amar a Sevilla.

A veces me despierto pensando que sigo alli, pero me asomo a la ventana y la Almudena me recuerda que no. Y creo que siempre me quedará dentro un trocito de ciudad por lo vivido, y seguiré echando de menos el acabar todas las fiestas bailando sevillanas aunque no me sepa ni la primera, echaré de menos los “mi arma” y el rebujito, las mantillas, las peinetas y las flores en el pelo, los Domingos por Triana, y las noches de paseo…

Y desde entonces ya no puedo considerar a Andalucía como un amante con el que escapar de vez en cuando…Sevilla se merece más que eso…a Sevilla hay que quererla… Sevilla, cuánto te quiero.

Fdo. la enamorada y el amante,

Miriam O. y Juan P.

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Publicado por en 23 junio, 2016 en Amor, Historia, Narrativo, Viaje, Vivencias

 

La sed del Viajero

Una de las mejores cosas que tiene viajar sólo es que conoces y hablas con mucha más gente que si vas con alguien. En parte es de pura lógica. No quiero decir que viajando acompañado no lo hagas, pero no es lo mismo. No puede ser lo mismo. Es más, la gente que viaja sola suele ser acogida por otros viajeros de mejor manera y creo que eso es porque el sujeto está mas abierto y flexible a todo lo que le rodea y a lo que pueda pasar. Esta más abierto a la aventura. Ésa sensación de no saber exactamente que va a pasar y todo lo que pueda ocurrir es bienvenido. Esa sensación… Como una página en blanco de una novela que aún no ha sido escrita. El guión esta en blanco… qué buena sensación.

Es divertido e increíble darse cuenta de lo que se mueve la gente y cómo lo hace. Y de que ésa misma gente, cuanto más rueda más dispuesta está a tener vivencias o conversaciones con cualquiera en cualquier lugar de manera natural. Ya que «cualquier lugar» es su hábitat natural. El mundo para ellos es cada vez más pequeño y le comprenden y le respetan mejor. No es que haya viajado sólo muchas veces, pero recuerdo muchas conversaciones curiosas, con gente en el avión, en cualquier autobús, en una terraza… Conversaciones auténticas con gente con la que sabes que sólo vas a compartir unas horas. Conversaciones que te apetece tener y notas que también a la otra persona. No es una obligación sino un placer que forma parte del viaje. Por eso, a menudo, no te sientes sólo, aunque vayas sólo.

Tengo recuerdos y muy buenos algunos. Uno de los más curiosas, que aún recuerdo, es la que tuve con una mujer mayor, que viajaba a España desde Bélgica para coger seguidamente otro avión a Sudamérica para volver a casa. Su hijo vivía en Bélgica con su mujer, pero realmente eran de «el Perú», como me dijo ella. Había estado visitándolo unas semanas. Hablamos de todo, incluso de si dios existe o no, en una hora y media. Me invito a conocer su país y le di una pegatina con la dirección de este blog, que me dijo que leería, cosa que me hizo mucha ilusión si de verdad llego a hacerlo alguna vez.

Hace un año, estuve en Marruecos. Un viaje diferente y especial, porque entre otras cosas viajaba sólo. Hubo de todo en esa semana. Fue uno de los primeros días en Marrakech y recuerdo que estuve por el día recorriendo la ciudad. Piqué en una típica que te meten doblada y a partir de ahí ya aprendes a funcionar allí. Cuanto antes mejor. Después de pasar el día un poco cansado por el calor y por hacerte a la ciudad, me fui a ver la puesta de sol en una terraza en una de las plazas más increíbles: Jemaa el Fna. Ver como se transforma la plaza cuando cae el sol es increíble, y más desde una terraza tomando su té a la menta tan típico. Intentando coger sitio, al ver que estaba llena, me puse en una esquina pero no era un buen lugar. Desde allí observé dos chicas que entraban y buscaban sitio también. Además hablaban castellano. Cuando uno está cansado es doble el esfuerzo de hablar en un idioma que apenas manejas. Por suerte, observé que conseguían una mesa en primera línea.

Tras pensarlo un par de veces y con algo de necesidad de socializar en castellano, me acerqué a preguntarles si les molestaba que me sentara allí. Me dijeron que no y bueno, empezamos a hablar. La verdad que fue agradable y divertido. Luego nos fuimos juntos a cenar a un sitio barato y riquísimo cerca de la plaza que ellas conocían. Hubo un rato que hablamos de viajes y Estela, me contó que había estado en India y varios sitios más. En ese momento pensé, joder, y yo pensaba que había viajado… algo.

Después de cenar estuvimos dando un paseo por la plaza. El ambiente es increíble, lo pienso y recuerdo la sensación de moverme por aquella plaza entre encantadores de serpientes, aguadores, los timbales y la música, el fuego, vendedores de comida, gente, ruido y cosas de todo tipo… y los juegos que organizan. Aquí recuerdo una muy buena. Uno de los juegos era con un palo a modo caña de pescar: con un hilo y en la punta una especie de donuts de goma con el que tenías que pescar una botella. Parecía fácil pero no lo era. Jugar un rato valía 5 Dirham. El caso es que al principio yo me preguntaba, cuál era el premio si se conseguía hacer, e intentaba observar a ver si alguien lo conseguía para ver que se llevaban. Poco a poco me di cuenta que no, que el quid de la cuestión no era el ganar algo sino el pasar un rato entretenido. Y es que ese es el quid de la vida muchas veces. No hacer tanto las cosas por el cuanto o el que saco, sino por el placer de hacerlas. Vaya vicio al final, nos llegamos a picar bastante.

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Justo hace poco, un año más tarde, veo que Estela sigue viajando, y eso no es cosa nueva, cada poco tiempo veo en las redes sociales otro viaje más, y descubro que además escribe un blog sobre ello. Por eso he escrito esta entrada, y por eso se llama así, como su blog. La sed del viajero. Cuenta sus viajes por Europa, Asia, África y América. Curiosidades de todo tipo. Desde aquí os invito a que entréis a leer los artículos sobre viajes, ofertas y todo lo relacionado con sus peregrinajes pasados y futuros. Mola mucho leer a gente cuya vida es viajar y su preocupación es saber cuál será el próximo destino. Esta llena de información.

Un té, con menta para saciar la sed del viajero, esta vez en la plaza de Jemaa el fna. Por eso y por toda la gente viajera y local tan buena anfitriona, con la que he compartido experiencias y vida. Por la gente que viaja y que entiende lo importante y llena que es una vida así. Por la compañía y por la soledad escogida de los viajes. Por las miradas cómplices de los viajeros y por el ansia de conocer lugares y sensaciones nuevas.

Acabo con una cita, que va al pelo, de un escritor español.

«Viajar es imprescindible y la sed de viaje, un síntoma neto de inteligencia.» Enrique Jardiel Poncela.

Su web es: www.laseddelviajero.com

 

 
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Publicado por en 25 mayo, 2016 en Viaje, Vivencias

 

Todos somos un poco de todos

El camarero dejó los dos vasos anchos y las dos tónicas encima la mesa entorno a la cual estaban los dos amigos. La plaza de Chueca estaba casi llena, con alguna calva entre las terrazas que ese verano, como todos, ocupaban la pequeña plaza.

– Vamos a echar la tónica ya que con este calor se van a derretir los hielos y con lo que cuestan aquí las copas…

– Sí, aunque por lo menos tienen tónica Schweppes.

Acto seguido derramaron el refresco en los vasos anchos hasta terminar de llenarlos. Uno de ellos sacó un cigarro y se lo encendió tras dar el primer trago del gin-tonic.

– Joder, ¡Qué bien!, esta copa tan fría me va a sentar mejor que un spa con masaje. Que agusto se está aquí y ahora.

En la plaza había ambiente. Gente joven que venía y se iba y gente que se sentaba a disfrutar de las últimas horas de ése viernes estivo. Los vasos se humedecían por fuera y parecían estar sudando también, aunque al cogerlos con la mano se agradecía esa humedad.

Después de dos tragos más a las copas y un silencio relajado que solo se suele dar entre amigos que tienen la suficiente asonancia, dos chicas de buena figura rompieron ese silencio que ellos, realmente, disfrutaban.

Pasaron por delante y se sentaron en la mesa de al lado. Las miradas de ellos se cruzaron y se sonrieron de manera cómplice.

– Bueno qué, ¿Las decimos algo?…

– Díselo tú, que yo soy el amigo tímido, ya lo sabes.

– ¿El amigo tímido? – Dijo mientras empezó a reírse.

– Qué más da, si total es por hablar un rato, con echar unas risas nos vale ¿no?

Volvió el silencio mientras uno de ellos cruzaba miradas con una de ellas. El otro, sacó un cigarro de la cajetilla y se lo quedó mirando, dándole vueltas. Con el ceño fruncido y gesto pensativo…

– Es curioso…

– ¿El qué es tan curioso?

– Esto de las mujeres. Hay mujeres que pasan por la vida de uno. Incluso mujeres de las que te enamoras. Que sientes amor de verdad. No se, a lo largo de una vida, ¿de cuántas mujeres te puedes enamorar?

– Ésa es buena. No lo sé, supongo que de verdad de verdad… no muchas.

– Hay algunas que pasan por tu vida sin apenas dejar señales, sin infligir lo más mínimo. Otras, las cuales podrían contarse con los dedos de una mano, que persisten y jamás se olvidan. Es como si estuvieran contigo cuando algo importante en tu vida ocurre. Aunque no sepas de ellas desde hace años.

– En realidad, forman parte de ti. Son parte de ti porque te cambiaron. Bueno, cambiaste con ellas. Por eso las sientes, porque son algo de ti. Eso creo.

– Quizá tengas razón. Al final todos somos un poco de todos… A menudo, estando sólo, uno puede estar o sentirse acompañado e incluso imaginar la conversación que tendría con ésa persona casi sin desviarse.

chueca-Madrid

 
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Publicado por en 10 mayo, 2016 en Abstracto, Amor, Narrativo

 

Seguimos… Llamando a las puertas del cielo

Letra de «Llamando a las puertas del cielo – Nega»:

Soy el intruso, en lugares comunes,
sin escrúpulos como Ernesto Sábato en el Túnel,
cerdos impunes, sonríen en la foto,
otra injusticia terrible otro lunes,
república de los comunes, de políticos, poetas,
país de sobras de sobres de cunetas,
sí, seguimos presos de la amnesia,
¿qué tiene Trainspotting que no tenga El Pico de Eloy de la Iglesia?
mediática anestesia, y gritos en la plaza,
cuchillas en la verja ley mordaza,
nos mean en la cara y dicen que llueve
y la clase obrera sigue en cama, con cuarenta de fiebre,
nadie se mueve, apenas nada me conmueve
y el dinero de tu beca se lo pule Carromero en nieve
y mientras el progre de izquierda panoli,
crininaliza al cani pero se pajea pensando en la choni,
esclavos de la prisa,
unos se ponen del revés otros aún creen en Dios y van a misa,
y pisan derechos, no me jodas hombre,
la misma hipócrita burguesa que en los setenta abortaba en Londres
nadie responde tristeza en los autobuses,
será que ya no existen pobres sólo hay loosers,
estoy leyendo a Althusser y ya no me llena,
algunos me deben su fama, Despentes me debe una cena,
y las cadenas son cadenas aun de seda
soy el puto Nega brillante estratega en una nueva entrega
fluyo como el Sena como el Támesis,
más talego y detenciones melodías de sirena,
sufro mi condena decisivo como Iniesta,
ser un referente cuesta siempre hay un capullo con la lupa puesta
y qué más da todo es frivolidad novelas policiacas,
hola soy Carrero Blanco y esto es Jackass

«Knock knock knocking on heavens doors»
Son las batallas las historias del abuelo
«Knock knock knocking on heavens doors»
por el invisible por el prisionero

«Knock knock knocking on heavens doors»
contra el oligarca contra el banquero.
«Knock knock knocking on heavens doors»
aquí seguimos llamando a las puertas del cielo

Hice cola en las puertas del cielo tras ver a Bob Dylan
y los muertos de sida, esperaban a Carol Boitila,
con banderas lilas y bates,
yonkis de los ochenta con chándal de táctel,
dialéctica de combate decide en un instante,
la cápsula azul un cementerio de elefantes,
es la cápsula roja es la verdad con sus alfileres
lo dijo el precario, abrir los ojos duele,
otro despido otro ERE,
otro migrante que muere en el más estricto olvido,
otro recorte que huele a podrido otra foto de perfil,
en busca de matrimonio pura inversión mercantil
otro alguacil que no lo entiende,
y te grita: “perdedor ¿por qué no emprendes?
yo, ya rechacé a la multi,
porque soy un puto alcohólico honesto como Jimmy McNulty.

«Knock knock knocking on heavens doors»
Son las batallas las historias del abuelo
«Knock knock knocking on heavens doors»
por el invisible por el prisionero

«Knock knock knocking on heavens doors»
contra el oligarca contra el banquero.
«Knock knock knocking on heavens doors»
aquí seguimos llamando a las puertas del cielo…

Nega – LCDM.

 
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Publicado por en 17 marzo, 2016 en Abstracto, Música

 

De la transición hasta hoy… ¿Del absolutismo a la mercadocracia?

Es en 1969 donde comienza esta andadura hacia del final del franquismo, la transición y la consolidación de la democracia, siendo también el año de la llegada a la luna. Franco nombra como sucesor de la jefatura de estado al príncipe Juan Carlos, a título de Rey. El gobierno franquista mostraba dos tendencias, unos más afines a la continuidad del régimen, el llamado bunker, y otros más tecnócratas. Fue una etapa revuelta donde se declaró el estado de excepción por incidentes en la universidad, detenciones de demócratas (si, demócratas), etc…que chocaba aún con la represión. La Iglesia comienza a separarse del régimen al que tan unido esta durante todo el franquismo (social-catolicismo). Fue también el año que ETA emerge en España. Estamos a las puertas de la democracia, pero hasta las primeras elecciones y la constitución queda un camino delicado. Se tomó como un buen ejemplo y asombró, en parte, al mundo ya que existía el miedo de volver a un conflicto. Hubo mucha tensión social durante los años anteriores y también durante los primeros años de la democracia pero los actores visibles también hicieron una gran papel; el Rey Juan Carlos, Suarez, el Partido Comunista de España, el PSOE… Hubo un acercamiento, digamos y una conciliación sin la cual todo podría haberse ido al diablo otra vez, como en el golpe de estado de 1936.

Por aquel entonces la presión social en las calles es alta, y las aulas de las universidades se convierten en un lugar de ideas de progreso y de libertad. La llegada de extranjeros europeos por turismo ayuda a la sociedad española a tener consciencia de un mundo más moderno y progresista. También los emigrantes que vuelven por la crisis en el extranjero conocen ya las democracias europeas. Las manifestaciones, huelgas y enfrentamientos con la policía nos dejan ver que el régimen se tambalea caminando cada vez más hacia el final aunque oponiendo resistencia. El franquismo empieza a hacer aguas por diferentes causas; sociales, económicas… Los sindicatos clandestinos pasan a un primer plano, arrinconando al sindicato vertical (el oficial) que quedaría desfasado. La conflictividad laboral se dispara y se producen huelgas, las cuales no eran legales en el régimen absolutista. Hubo un intento de represión y mueren obreros durante estos años y se encarcela a representantes de sindicatos. La Iglesia, ya que ve venir el hundimiento del franquismo, de una manera táctica, llega a pedir perdón por no estar al lado de las víctimas de la guerra. Poco a poco se desvincula del régimen. Una señal de ello, es que algunos clérigos acaban en la cárcel por sus homilías.

Por el estado de salud, ya en 1973, Franco pone al frente del gobierno a Carrero Blanco, uno de sus máximos asesores. Es un intento de, tras su muerte, asegurar el franquismo. Es la primera vez desde 1939 en la que se elegía a un sucesor para hacer frente al gobierno. Pero el 20 de diciembre de ése mismo año, ETA lo asesina en un brutal atentado donde hace volar el coche donde iba, hasta la azotea. Este atentado refuerza el inmovilismo y franco nombre a Arias Navarro, de la linea dura del Bunker.

Navarro da muestras de cierto aperturismo. El PCE, desde ginebra anuncia que quiere una alianza para lograr la democracia. Nace así la Juta Democrática de España en 1974. Por entonces el PSOE regenera el partido con hombres jóvenes. El nuevo líder: Felipe González. En ese mismo año ETA comete un atentado sanguinario en Madrid en la Cafetería Rolando dejando 13 muertos. Esto junto a la revolución de los claveles hace que el franquismo, que como hemos dicho está en sus últimas (al igual que Franco), intenta finalmente cerrarse e insistir en continuar con el régimen.

En 1975, por fin, tras una larga agonía, muere Franco. Muere el jefe del estado durante tantos años. Se cierra parte de una historia dictatorial de nuestro país con su muerte y al mismo tiempo con un alo de esperanza y también de incertidumbre en una sociedad ligeramente dividida. El nuevo Rey de España tiene una tarea delicada. Se puso en tela de juicio su capacidad para llevar a buen puerto el gobierno, incluso fue apodado al principio como «Juan Carlos el Breve». Poco a poco, con varios gestos en los cuales se juega gran parte de su publico, el rey lograra revertir ésto y el republicanismo retrocede un poco.

Amnistía y libertad. Unas palabras pedidas por buena parte del pueblo y por la oposición. Desde el PCE y desde el PSOE, no se cree, o se ve muy difícil alcanzar una democracia basada en un reinado decidido, a dedo, por un dictador. Ahí al Rey no le queda mucho margen de maniobra. La presión en la calle aumenta y 1976 es un año lleno de manifestaciones contra la monarquía y por la libertad, a favor de unas elecciones democráticas.

También hay sangre. Son notables los movimientos de huelga: cinco trabajadores asesinados por la policía (Vitoria) después de tres meses de huelga. Esto pone las miras en el jefe del estado Carlos Arias que se le ve ya como incapaz para dirigir el gobierno. El asesinato de éstos trabajadores unifica a la oposición (desunida durante la dictadura) y nace Coordinación Democrática (La Platajunta).

Es entonces cuando el Rey designe al nuevo presidente de gobierno: Adolfo Suarez, que jura su cargo en la Zarzuela en 1976. En unos primeros momentos la opinión pública y la prensa critican al rey por dicho nombramiento ya que se ve en Suarez a alguien sin experiencia para afrontar los problemas. La apuesta del Rey es fuerte y como dijo Suarez después, él se jugó el cargo nombrándolo presidente. El rey lo apoya públicamente presidiendo el primer consejo de ministros.

Son momentos de gran delicadeza. Momentos de encaje de bolillos, pues la transición de una dictadura fascista hacia un proceso constituyente y democrático, intentado hermanar a unos y otros, tanto el pueblo como los órganos y organizaciones políticas y sociales no es sencilla. Con una parte de la sociedad aún franquista en una España con muy poca tradición democrática.

Entre tanto, en el año 1976 el presidente de la Republica regresa a España del exilio. Su oralidad muestra una realidad pasada y un anhelo de presente. “Claudio Sánchez-Albornoz: Al pisar España dije que vendría llorando y llorando estoy. No tengo más que una palabra: Paz. Nos hemos matado ya demasiado, entendamos en un régimen de libertad poniendo todo de nuestra parte. Lo que sea necesario de un lado y del otro de la barricada. Son muchos 40 años. Áspera vida la de los Españoles… tengamos una vez por todas la mano en la mano del adversario de ayer para discutir, dialogar, en unas cortes nuevas las suerte de España”.

Para entonces la Platajunta convoca movilizaciones para reclamar amnistía y el regreso de los exiliados. Exiliados políticos, claro. La amnistía, de mano de Suarez se produce al poco tiempo y la oposición ve en esta decisión un gesto que muestra que las cosas están cambiando. La ley para la reforma política de 1977, que es llevada a cabo por Suarez y es aprobada precisamente por las cortes franquistas. Ésta ley habla sobre la democracia y la soberanía en la voluntad del pueblo. La imagen de alivio, de la cara de Suarez en el congreso tras ser aprobada la ley, es todo un poema.

La participación para el referéndum de dicha ley es muy alta; un 77 por ciento, y es aprobada por una gran mayoría: 94 de votos a favor. El pueblo Español deja claro en esta ocasión que quiere dar carpetazo al fascismo y comenzar a decidir, su futuro, democraticamente. Podríamos decir que fue la ley última del franquismo, que paradójicamente fue la puerta de la democracia. Es un resultado de éxito para el Rey y para el gobierno encabezado por Suarez.

Por entonces, Carrillo, líder del Partido Comunista de España es detenido en Madrid y se generan protestas pidiendo su libertad. Digamos que se pasea por Madrid buscando su detención de manera indirecta en forma de estrategia política. Se dará su libertad una semana más tarde debido a las presiones. No podría entenderse que un régimen que aspira a la democracia, tenga presos politicos. Se inician entonces las negociaciones con la oposición, hasta entonces ilegal. Adolfo Suarez decide asumir que el PCE queda legalizado. El impacto es grande. La derecha más reaccionaria critica el gesto mientras que por otro lado, mucha gente celebra que el partido comunista sea legal en España. Se abre paso a la pluralidad de partidos. Éste es un ejemplo de cómo se portó Suarez, legalizando el partido y por otro lado el gesto de Carrillo, de reconocer la monarquía y la bandera oficial del Estado. España, parece, se reconcilia.

Tras toda la tensión, sobre todo de los más extremos, con los exiliados de vuelta, se consigue de una manera asombrosa cierta paz, libertad y democracia. Nuestro país está preparado para unas elecciones libres, pese a su poca cultura democrática. Las primeras desde 1936. Se habla mucho de los actores principales, las caras visibles, pero esto creo que no sería posible sin la presión social de la gente en la calle y de diferentes agrupaciones y asociaciones que emergieron durante los 70.

Sobre lo anterior, una cita de Historia mínima de España, de Juan Pablo Fusi. Sobre una de las caras visibles del proceso de transición: “Adolfo Suarez, un político procedente del franquismo, un hombre joven, con innegable atractivo político y personal, que supo entender muy bien el clima moral del país a favor de la democracia y, con el apoyo del nuevo rey, resolver la transición con audacia, decisión y desenvoltura sorprendentes desde la propia legalidad franquista”.

Los ajustes económicos realizados a partir del año 1977 con los Pactos de la Moncloa entre el gobierno electo y los agentes sociales comenzaron a dar sus frutos en los años posteriores. De este modo, la inflación, principal motivo de preocupación de los españoles en el ámbito económico durante aquellos años, comenzó su descenso paulatino a la vez que la situación de la balanza de pagos de la economía empezaba a registrar una situación más estable para las necesidades financieras de la economía. Recordemos que el paro en 1977 es del 5,25 %. Sin embargo, el ajuste económico junto con otros factores concurrentes como la incipiente globalización (y con ella, las deslocalizaciones) y la necesidad de reconvertir grandes áreas industriales por devenirse poco competitivas para su sostenimiento hicieron que la economía comenzara a expulsar a una mayor población al desempleo. “El proceso de transición política se realiza en un contexto marcado por la crisis estructural del petróleo de 1973 y 1979”. Cita de Historia política de España. Recordamos que durante 1976 al 78, la tasa de paro no sobrepasa nunca el 6% y la deuda publica, ya en 1980 es del 16% respecto al PIB.

Es 1977 y éstas primeras elecciones gana el partido de SuarezUCD, seguido por el PSOE del joven Felipe González y a mayor distancia el PCE y un residual 8% para AP. Los partidos antidemocráticos (bunker) no obtienen representación. España vota entendimiento.

Poco después de celebran municipales y autonómicas, alianzas entre PSOE y el PCE dan muchas alcaldías como la de Madrid a la izquierda (Tierno Galván), aun ganando en representación la UCD, ya que en democracia no se trata de ganar sino de dialogar. El desarrollo de las autonomías que recoge la constitución comienza a materializarse. Empieza el café para todos.

Desde el punto de vista político aquellos años fueron de máxima tensión por el auge de las organizaciones terroristas de corte ideológico tanto de extrema derecha como extrema izquierda que amenazaban por descarrillar el proceso de transformación política. La cifra de asesinados por la violencia terrorista alcanzaban los tres dígitos entre finales de los setenta y principios de los ochenta.Durante el Gobierno ya elegido democráticamente por Suarez, son años en los que ETA mata cada vez más españoles. En 1980 asesino a 89 personas y muchísimos más heridos.

Por diversas crisis como la voluntad golpista de sectores del ejército de extrema derecha, mellan el gobierno y Suarez presenta su dimisión en 1981. Calvo-Sotelo es su predecesor. En estos momentos hay un intento de golpe de estado. El día 23 de Febrero de 1981 empuñando una pistola y a golpe de gatillo entra en el congreso el coronel Tejero. Aun había franquistas en la sociedad Española. Hay una película española que se desarrolla durante el intento de golpe de estado: El calentito, que refleja el miedo de volver al pasado. El Rey, jefe de las fuerzas armadas, dice que no apoya el golpe que finalmente no se lleva a cabo.

Entre el líder de la oposición y el nuevo presidente se cierra finalmente el modelo autonómico del que disfrutamos hoy y que se ha puesto en duda por costoso, hipertrofiado, a veces poco efectivo…

España ingresa en la OTAN. Los partidos de izquierda se oponen y en mayo 1982 se hace realidad.

atocha

En octubre de 1982 el PSOE obtiene una gran mayoría absoluta y el partido de la transición queda casi borrado del mapa político (UCD). Es increíble como las situaciones externas a un gobierno son capaces de derrocar electoralmente a un partido en coalición como era UCD, el cual incluía social democratas y desmarcado (dentro de un orden) del franquismo, dejando ese vacío electoral a la derecha más cercana al régimen: AP que se convertiria más tarde en el PP.

Se avecinan tiempos de cambio y la política española y la democracia se consolida, que será un trabajo que deberá continuar el PSOE. El gobierno hace una reconversión de la industria pública y provoca movilizaciones. Dos meses después aprueba el proyecto de despenalización del aborto con movilizaciones en pro y en contra. Parece posible que el país se modernice.

En 1985 España entra en la comunidad económica europea y seguidamente se convoca un referéndum sobre la OTAN donde ahora el PSOE se posiciona a favor de la continuidad (a diferencia de 1982). Muchas organizaciones y los demás partidos de la izquierda apoyan el no y hay grandes movimientos en contra de la continuidad proveyéndose una derrota de la posición del gobierno. Finalmente, el si a la continuidad (el PSOE), gana el referéndum y tres meses más tarde logra otra mayoría absoluta iniciándose una etapa de crecimiento económico que durara hasta 1992 con un paro que casi llega al 22% con una deuda pública del 45%.

Entre tanto, tuvo lugar también la huelga general en España el 14 de diciembre de 1988 convocada por CCOO y UGT. Fue una de las más mayoritarias. El país se paralizo ese día. Un año más tarde, el PSOE se hace con su tercera mayoría.

Comienza un período de crecimiento económico que durará años, caracterizado por el auge de la construcción residencial y el endeudamiento privado lo cual se tradujo en una fuerte reducción de la tasa de desempleo.

En 1992 tienen lugar en España los JJOO y la Expo de Sevilla, donde nuestro país se muestra al mundo como un país moderno.

Y esa imagen en parte es verdad por la gestión del PSOE, que modernizo el país en lo económico y en lo social. Se recuerdan los 80 y 90 como un periodo de libertad. Se hicieron ajustes para que la gente con más dinero pagase más impuestos y se crearon infraestructuras. Hablando de educación, como no podría faltar, no podemos pasar por encima la LODE, que establecía enseñanza gratuita y obligatoria hasta los dieciséis años. En 1990 el gasto público en educación es del 4,4 % del PIB. Ya nos podemos divorciar, estableciéndose también la primera ley del aborto, lógico es esa sensación de libertad y de modernización, acercándonos a nuestros vecinos europeos aunque sea un poquito.

Pero no todo es oro, ya que diferentes causas de corruptelas junto al desempleo y la lucha contra ETA, desde los GAL, va quitando popularidad al ya no tan joven Felipe González, el cual pierde las elecciones de 1996. Comienza, por estrecho margen la época del PP, que durara dos legislaturas. En la segunda no lo hace falta pactar, pero en la primera lo hace gracias a partidos nacionalistas.

El PP de Aznar, para reducir el paro, crea la ley de suelo del 98. Es el comienzo de la burbuja inmobiliaria. Poco a poco consiguió gran saneamiento de la economía y la disminución del paro aunque con no con demasiados avances laborales (Reforma Laboral 2002 por decreto que abarato el despido). El precio de la vivienda se dispara y la construcción atrae entonces a jóvenes(que dejan los estudios) y mano de obra extranjera. Mucha gente tilda la política económica como un éxito el cual podemos estar en parte de acuerdo. Ayuda en la primera legislatura la venta de empresas del estado y que España es receptor neto de fondos europeos. En el inicio de la segunda legislatura nos encontramos con que le paro desciende por séptimo año consecutivo, llegando a reducir la deuda a un 58% que llego en 1996 al 65% del PIB.

El final del PP en el gobierno viene anticipado por una Guerra, junto con UK y USA, en “Irak, que abriría la caja de pandora en Oriente próximo” (A.P-R.) y nos devolverían con un sangriento 11M en Madrid ya en el año 2004. No es cómodo recordarlo, pero muchos dirigentes del PP, al estar las elecciones a la vuelta de la esquina responsabilizaron a ETA del atentado, aunque eso no les impidió perder las elecciones. Estamos ante una derecha que nada tiene que ver ya con la de Suarez como decimos arriba.

El gobierno español no solo se alineo junto con la administración de Bush en la preparación diplomática del conflicto, sino que puso en marcha disposiciones para participar en el ataque”. de Historia de la España Actual de JL Rodríguez y Sara Núñez.

Comentar, que en 2002 tiene lugar el mayor desastre ecológico que se recuerda, el prestige. “El Chapapote” de las costas gallegas aún es recordado.

El Gobierno de la primera legislatura de ZP tiene unos avances sociales que algunos seguimos disfrutando hoy. Esos son unos pocos: El matrimonio homosexual, la paridad en sus gobiernos, la Ley de Dependencia y la de Memoria histórica (Asignatura pendiente en nuestro país aún, frente a Alemania o Italia). Es importante también comentar que este gobierno da independencia y calidad y por ende las audiencias subieron en RTVE. Continua descendiendo el paro y la deuda pero los sueldos y el poder adquisitivo no se refleja.

Debido al trabajo de la construcción y esa carrera hacia delante de la burbuja inmobiliaria explotara poco después de ser reelegido. La burbuja continua inflamándose gracias a los bajos tipos de interés que hipertrofian el endeudamiento(de nuevo) privado y familiar: en 2005 construimos en España en un año más que nuestros vecinos: Alemania, Francia e Italia juntos. En 2007 (habíamos logrado bajar el endeudamiento publico para ese año al 35 % del PIB, el cual se disparará en los proximos años) la economía española se contrae y comienzan los recortes para intentar financiar los gastos del estado y pagar una deuda que no hace otra cosa que crecer. Se junta también con una crisis de déficit en USA que va a tocarnos mucho también en Europa. Progresivamente el estado absorbe las perdidas de bancos y cajas aumentando la deuda publica.

Así en 2011 llegamos a una España de desahucios y el paro del 22,85%. Hay un movimiento social, que nace en esta crisis económica, moral y política: El 15 M de los indignados. Logra reunir mucha gente en las ciudades españolas, especialmente Madrid y Barcelona y canalizar nuevas ideas siendo una especie de renacer ideológico pero que no se va a materializar hasta mucho más adelante. El 15 M atravesó barreras nacionales y llego hasta el mismo Wall Street donde allí plantaron sus tiendas también. Grandes intelectuales y humanistas como Jose Luis Sampedro o Eduardo Galeano apoyaron el movimiento. Se habla ya cada vez más del bipartidismo y de la poca elección fuera del PP – PSOE (Trunismo o Bipartito).

Después de los recortes, el paro… el PSOE, se ve abocado a una pérdida de las elecciones de manera inminente dejando una deuda publica del 70% respecto al PIB. Vuevle el PP con Mariano Rajoy, el cual incumplirá las promesas de la campaña, sobre todo referidas a las económicas, forzado en parte por Europa (exactamente igual que Zapatero) y la deuda pública que no para de crecer, a la vez que el paro y la desigualdad junto con los recortes de todo tipo en gasto público. Cabe mencionar la conocida Ley Mordaza. Es una legislatura marcada por la creciente desigualdad económica que camina acompañada siempre de crisis territorial y de corrupción. Se llega a un 27,16% del paro.

Durante el gobierno del PP la ola de corrupción ayuda a empujar nuevas fuerzas. Esta ola coge también a gran parte de partidos nacionalistas y a PSOE, no sólo al partido del gobierno. Durante estos últimos años de burbuja, casi todos los partidos que han gobernado, están inmersos en casos de corrupción con constructoras, grandes empresas y las entidades financieras (Clientelismo, puertas giratorias, políticos en cajas de ahorro…). En estos momentos nos situamos ya en casi un 100% de deuda pública.

Durante el final de esta legislatura, en la cual nos encontramos, hemos visto el nacimiento de una nueva fuerza política, en la que se pueden establecer paralelismos con el PSOE de Felipe González.

Podemos aparece desde fuera del sistema (como el PSOE), a través de programas desde la defensa del 15 M. Se habla de regeneración, de nuevas políticas. En las elecciones europeas comienza su entrada en la escena política.

Como vemos en el artículo de El Confidencial en el que debemos hacer reseña, vemos que Podemos se presenta con ideas muy parecidas a las del PSOE de Felipe en lo social (prestaciones y riesgo de exclusión), en lo económico (subir impuestos a ricos, exámenes a la banca, la evasión fiscal)… Y una agenda contra la corrupción institucional, las llamadas puertas giratorias, que es una de las conexiones de la oligarquía con el poder político. Hace esto pensar quizá en que estemos ante un cambio en lo político y en lo social. Se ha hablado incluso de revisar la transición. Seria de una moral intelectual muy baja, después de estudiado todo lo anterior tirar por el suelo la transición como algo a renovar por completo, pero por otro lado las proposiciones de revisión parcial (cuestión autonómica, el llamado régimen del 78, puertas giratorias)  han sido bien acogidas por gran parte de la población joven donde focalizan su voto.

BIBLIOGRAFIA Y WEBRAFÍA.

 
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Publicado por en 8 marzo, 2016 en Historia, Politica

 

Pensando Sociologicamente

Éste es un trabajo que hice hace unas semanas para Sociología. Una reseña sobre «Pensando Sociologicamente», una buena reflexión sobre porque tener conocimientos y estudiar sociología es tan bueno. En mi próxima vida estudiare sociología.

COMENTARIO PREFACIO DE “PENSADO SOCIOLOGICAMENTE” de Zygmunt Bauman y Tim May.

Para entender la sociología, hay que fijarnos a que responde y como lo hace. Sabemos que es la práctica para aproximarse al estudio de la sociedad y las relaciones sociales y que se nutre de otras disciplinas… Historia, Antropología, Ciencias Políticas, Psicología, Economía, Filosofía… por nombrar algunas. Dicho esto, no hay una división natural del mundo humano que se refleje en diferentes disciplinas académicas. Es decir, hay una división del trabajo entre los estudiosos que examinan las acciones humanas. Cada disciplina, en ésta separación, determina los terrenos a explorar.

Esto nos lleva a que pensar sociológicamente es una manera de entender el mundo humano que también abre la posibilidad de pensar acerca de ese mundo de diferentes maneras. Es decir una apertura de visión y enfrentar diferentes paradigmas en uno sólo.

Podemos observar y adquirir ciertos aprendizajes individuales, si interiorizamos el conocimiento que la sociología nos aporta en cuanto a nuestras creencias y cómo las gestionamos.

Habitualmente, aceptamos que hay buena voluntad detrás de los acontecimientos para los que estamos bien predispuestos y malas intenciones detrás de aquellos que nos desagradan. En general, se encuentra difícil aceptar que una situación no es efecto de acciones intencionadas de una determinada persona.

La sociología se alza en oposición a la singularidad de las visiones del mundo para hablar en nombre de un estado de cosas general. Alzar la mirada. Por eso pensar sociológicamente da sentido a la condición humana mediante un análisis de las múltiples redes de interdependencia humana. La sociología nos debe nutrir en el sentido de comprensión de todos los actores y panoramas sucediendo entremezclados.

En las ocasiones que algo se repite las suficientes veces, las cosas tienden a volverse familiares y por ende como algo auto explicativo: no presenta problemas ni despierta curiosidades. No reflexionamos sobre ello. Incluso el fatalismo, desempeña un papel en la creencia de que uno puede hacer poco por cambiar las condiciones.

Cuando se examina o se pone en tela de juicio a través de la curiosidad, aquello que se da por sentado observamos algo curioso. Tiene efecto de potenciar las cómodas certidumbres de la vida planteando preguntas que nadie ya recuerda haberlas planteado. Incluso los que tiene intereses creados toman a mal que se las planteen. Estas preguntas pueden convertir lo evidente en un rompecabezas y pueden volver extraño lo familiar; destrucción o duda de una creencia y lo que ello puede suponer.

Otros pueden sentirse humillados e incluso resentidos, ya que había un orgullo y un conocimiento (creencia), que queda devaluado en virtud de querer poner a lo familiar una lógica e intentar evaluarlo.

Pero mirándolo desde cierta distancia, la desfamiliarización puede tener beneficios claros. Puede abrir nuevas y antes insospechadas posibilidades de autoconciencia, libertad y control. Esto es porque la sociología nos ayuda a reexaminar nuestra experiencia y el mundo en el que participamos. Nos empodera también frente a poderes fácticos.

Así uno puede estar menos sujeto a la manipulación y más fuerte frente a la opresión y el control, incluso de sus propias creencias adquiridas durante su vida. Estos individuos se vuelven más eficaces como actores sociales ya que su visión entre las conexiones de sus acciones y las condiciones sociales son más potentes y por tanto mejor orientados al cambio y la transformación. Tienen el deber de plantearse las cosas y la valentía de plantearlas socialmente. Los que plantean el desequilibrio para que se realice el aprendizaje y se produzcan los reequilibrios. Es una actualización de la lógica.

Se defiende al individuo y no el individualismo. Algo que resulta más eficaz para todos; mejor gestión. Pensar sociológicamente, tiene el potencial de promover la solidaridad y la libertad como causa común.

Finalmente, como respuesta (de nuevo), a qué nos aporta, para resumir, podemos decir que la sociología nos aporta a través del conocimiento a estar en otro plano superior (en cuanto a creencias y conocimientos), en la comprensión individual y por tanto en la acción colectiva o con la sociedad. Por ello debería ser algo estudiado y tomado con gran importancia porque nos hace mejores como sociedad e individuo.

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Publicado por en 18 febrero, 2016 en Reseñas

 

Libros y viajes

Tengo claro, y cada vez más, que una de los mejores ejercicios que uno puede hacer es viajar. Por diferentes motivos: conocer lugares, culturas, maneras, saber quién eres y porque eres así, conocer personas diferentes y que te cuenten en primera persona… Otro ejercicio parecido es leer. Sus beneficios son bastante similares, uno es más teórico y el otro más práctico. Son igual de importantes para complementar al otro y es curioso como una cosa lleva a la otra y al revés. O por lo menos a mí. Cómo el libro te lleva a la vida, al viaje, a la aventura, y como el lugar, el sitio, la experiencia te lleva al libro, al conocimiento, para completar todo lo que no sabes. Por eso cada vez leo más y mejor y cada vez intento viajar más.

El libro es la guía y el conocimiento, es lo que te permite aprender, pero sobre todo entender. Lo que te da las claves para conocer cómo era o como es tal o cual cosa y saber que todo ha ocurrido ya. Los libros te lo cuentan. En la guerra, en el amor, en la amistad, en el trabajo… en todo. Es la memoria de los lugares y ayuda a acercarse al porque y al cómo somos y porque nos dirigíamos a uno u otro lugar. Sin ellos somos analfabetos y todo lo que ello conlleva. Te permiten relativizar y mirar con amplitud, además no pierden la memoria nunca. Son también una manera de multiplicar tu vida por cien, viviendo otras vidas y viajando a través de conocimiento, lugares o personajes.

Viajar es la aventura, lo nuevo: sentirse joven. Uno siempre es joven en vísperas de la batalla. ¿Cómo será? ¿Qué me espera? Como dice aquella frase; “No viajamos para escapar de la vida, viajamos para que la vida no se nos escape”. Te ayuda a darte cuenta de que lo que leíste está ahí, lo puedes ver y lo puedes tocar y también de que te queda mucho por leer y mucho más por ver. Viajar te pone en tu sitio y te hace mejor porque ves y entiendes otros lugares y la gente que los ocupa. Te llena tu mochila de vida para que continúes tu camino. Viajar te cura, te abre la mente, te permite imaginar, te mantiene despierto. Viajar de verdad, con consciencia, te hace más rico.

Estoy leyendo ahora “La caída de los gigantes” de Ken Follett. Es novela histórica. A diferencia de las anteriores noveles históricas que leído, este es un tomo ya importante. Un libro cuyo lomo ancho sujeta las más de mil páginas. Es la primera que leo con estructuras grandes y con tanto número de personajes e historias en diferentes lugares de Europa. La guía de los más de cincuenta personajes es muy útil en ciertos momentos. La historia lo requiere. Desde 1911 hasta 1924, La revolución Rusa y la Gran Guerra. La disposición de las potencias dentro y fuera de sus fronteras, los nacionalismos, la lucha de los trabajadores y de las mujeres… Es muy buena y por algo es un Best Seller, claro.

Uno de sus varios escenarios es Londres. No es que conozca mucho la ciudad, pero es muy agradable pasear por aquellos lugares en los que estas o has estado hace poco, pero 90 años atrás. Es como viajar en el tiempo, en un determinado escenario. El piso de soltero de Walter en Piccadilly, el palacio de Buckingam o el Palacio de Westminister “entrando” desde fuera a la cámara de los lores y a la cámara de los comunes y escuchando lo que dijo Churchill. Andar por Chelsea donde se produjo aquella boda furtiva el día que Gran Bretaña le declaro la guerra a Alemania o coger un tren en Liverpool Street, como pasa en la novela.

Colocar a los personajes en los diferentes lugares. Imaginarles ahí. Hace que la historia que lees o estudias, sea más real y te permite amueblar esos decorados y proyectarlos. Lo hace todo mucho más auténtico. Tiene su puntito estar en el escenario, pisarlo y hacerlo tuyo. Y darse cuenta de las cosas que han cambiado y de las que apenas ha cambiado nada. De que somos como somos, porque fuimos como fuimos.

Por eso y por muchas más cosas; leer y viajar, viajar y leer. Una ha de llevar a la otra.

Para terminar una cita y su correspondiente entrevista a Arturo Pérez-Reverte. “Sin libros estamos perdidos, somos borregos camino del matadero” (http://www.20minutos.es/noticia/2402422/0/arturo-perez-reverte-entrevista/hombres-buenos/novela-alfaguara/).

Sahara

 
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Publicado por en 27 enero, 2016 en Abstracto, Viaje, Vivencias

 
 
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